Una mujer estaba dando a luz cuando se escucha la detonación y segundos después la onda expansiva destroza ventanas, puertas, paredes. Arrasa con el hospital más antiguo de Beirut, a pocos metros del puerto y donde solo quedaron escombros. La madre cuenta ese momento cuando solo escuchaba los gritos y miraba al techo pensando que iba a caer sobre ella: "Vi la muerte con mis propios ojos".
Afortunadamente, el pequeño nació bien, y ahora ella y su marido cuentan cómo vivieron esos momentos. El hombre, que llevaba la cámara para grabar el nacimiento de su hijo terminó por recoger el caos y los destrozos en el hospital de Beirut momentos después de la explosión, que el pasado 4 de agosto que dejó reducido a escombros el centro hospitalario y el barrio entero que rodea el puerto de Beirut.
Este no fue el único hospital destrozado, donde no quedó nada en pie. La situación sanitaria en Beirut es preocupante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de la mitad de sus hospitales no funcionan. Muchos de ellos, volaron por los aires en la explosión del puerto en plena pandemia de coronavirus. No hay camas ni personal suficiente para atender a los miles de heridos y hacer frente, a la vez, a los enfermos de Covid-19.
El presidente del Líbano, Michel Aoun, ha asegurado que las estimaciones iniciales sitúan las pérdidas por la explosión en más de 15.000 millones de euros. El puerto de Beirut es el centro económico más importante del país, donde se concentra el tráfico de la mayoría de mercancías que entran en Líbano.