Los que está ocurriendo en Filipinas tras el desolador paso de Haiyan es la suma de las miles de tragedias personales. Hombres, mujeres y niños sobreviven rodeados de miles de cadáveres sin agua ni alimentos en medio de los escombros y debajo de los deshechos. Las ciudades huelen a muerte y a desesperación. Todos están a la espera de la primera ayuda que les permita luchar por la supervivencia,