¿A qué hace referencia el 'caso Dutroux'?

REBECA SAN CRISTÓBAL OREA 07/07/2010 15:33

Nos remontamos a junio del año 1995. En esa fecha fue cuando Dutroux secuestró a dos niñas de ocho años llamadas Julie Lejeune y Melissa Russo. En agosto de ese mismo año raptó a otras dos jóvenes An Marchal (de 17 años) y Eefje Lambrecks (de 19 años).

Tan sólo un año después secuestró a Sabine Dardenne y a Laetitia Delhez, de 12 y 14 años, respectivamente.

Además de estos crímenes Dutroux se dedicaba a robar coches y a traficar con drogas. Esto le permitía vivir de manera acomodada. Tanto que llegó a comprar siete casas. Tres de ellas las usaba para torturar a las niñas que secuestraba. En una cuarta, donde pasó la mayor parte de su vida, hasta se permitió el lujo de construir una mazmorra donde encerró a las más pequeñas.

Una pista en Laetitia

La última de las niñas secuestradas, Laetitia Delhez, condujo a la policía hasta Dutroux quienes sospechaban que podía estar involucrado en su rapto.

Tres días después del interrogatorio tanto Laetitia como Sabine fueron liberadas con vida. No correrían la misma suerte las otras cuatro.

La investigación abierta por estos dos casos llevó a los agentes a descubrir los cadáveres de Julie y Melissa, quienes habían sido enterradas por Dutroux. Al parecer, murieron de inanición durante los meses en que estuvo bajo custodia policial por el robo de varios automóviles.

A los pocos días, también dieron con los cadáveres de An y Eefje, también enterradas, esta vez en otra localidad.

Los implicados

Dutroux fue el cabecilla pero no estaba solo. Junto a él fueron arrestados su mujer Michelle Martín, quien conocía todos los crímenes que él cometía; Michel Lelièvre, un toxicómano que reconoció su participación, al parecer por deudas económicas y Michel Nihoul. Fue el único que disfrutó de libertad al comienzo del juicio puesto que era el menos implicado en los hechos.

Aunque este fue el caso más sonado, tanto Dutroux como su esposa Michelle Martin fueron arrestados en 1986 por violar a cinco niñas. Fueron condenados a 13 y 5 años de prisión respectivamente.

Su buen comportamiento en la cárcel les sirvió para obtener la libertad condicional. Con las pastillas que obtuvo de psiquiatría, alegando que estaba discapacitado, drogó a sus futuras víctimas.

Errores de la justicia y de la policía Además de por el horror de los crímenes este caso fue conocido por los errores policiales y judiciales.

Para empezar, la policía acudió en dos ocasiones a casa de Dutroux, cuando aún permanecían con vida Julie y Melissa, y no consiguieron dar con ellas.

Menospreciaron la capacidad de Dutroux. Se supo que éste ofreció dinero a un agente por información acerca de algunas menores.

Por si esto fuera poco, la policía hizo caso omiso a las repetidas cartas mandadas por parte de la madre de Dutroux en la que advertía de que su hijo se llevaba a algunas niñas a su casa.

Por su parte, el juez original que llevó la causa, Jean-Marc Connerotte, habló de la sobreprotección a la que se vio sometido, ya que muy poderosas personalidades querían evitar que la verdad sobre el caso saliera a la luz.

Un juicio eterno

El 1 de marzo de 2004 se comenzó a juzgar a Dutroux, siete años y medio después de su inicial arresto. Se le acusaba de rapto, abuso sexual de menores y asesinato.

Durante su comparecencia confesó que él y sus cómplices formaban parte de una red de pedófilos de Europa, de la que formaban parte agentes de policía, empresarios, doctores y políticos belgas.

Finalmente Dutroux fue condenado el 22 de junio de 2004 a cadena perpetua. Su esposa cumple una condena de 30 años y Lelièvre, de 25.

En la actualidad Marc Dutroux se encuentra en una cárcel confinado en solitario en una celda de máxima seguridad.

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