Los problemas comenzaron en 2016 después de que el demandante se mudara tras su divorcio a casa de sus padres en el estado de Michigan. En agosto de 2017, sus padres le pidieron que se fuera después de que se produjera una disputa familiar en la que tuvo que intervenir la Policía.
En noviembre de ese año, los progenitores viajaron al nuevo domicilio de su hijo en el estado de Illinois para devolverle las posesiones que había dejado en su casa. Sin embargo, el hombre se percató de que sus 12 cajas llenas de películas porno habían desaparecido. Entonces llamó a la Policía para presentar cargos penales contra sus padres, pero el fiscal se negó a aceptarlos, tal y como recoge 'RT'.
Un mes después comenzó a comunicarse por correo electrónico con su padre y él admitió haberse deshecho de los vídeos por su bien. "Créelo o no, una de las razones por las que destruí tu porno fue por tu propia salud mental y emocional... Habría hecho lo mismo si hubiera encontrado un kilo de cocaína", escribió el progenitor del demandante. "Algún día espero que lo entiendas", añadió.
En otro mensaje el padre le recuerda a su hijo que fue expulsado tanto de la escuela secundaria como de la universidad por vender pornografía a los estudiantes y que le advirtió que si volvía a encontrar ese tipo de material en su casa se desharía de él.
Sin embargo, el hijo no ha aceptado las explicaciones y ha acusado a su padres de realizar una destrucción "vengativa". Según él, la colección tenía un valor de en torno a 26.000 euros e incluía algunas películas que ya están fuera de circulación.