La odisea de Irene Torres: atrapada en Escocia, lleva tres meses dando positivo por covid

  • A Irene Torres no la permiten viajar aunque lo que muestran los test ya son restos de la enfermedad

  • No ha contagiado a nadie en la residencia de estudiantes donde sigue viviendo

  • Sanidad asegura que puede volver con un certificado médico que lo acredite, pero ni el consulado ni las clínicas escocesas lo permiten

Es un día de la marmota, pero con más miedo al que tenía Bill Murray en la mítica película. Es la odisea de Irene Torres, de solo 23 años, que voló de Zaragoza a Glasgow el 19 de septiembre. Lo que era un sueño, formarse en el extranjero gracias al programa Erasmus, se ha convertido en una verdadera pesadilla. Se contagió de coronavirus en octubre. El 24 de diciembre seguía dando positivo. Y ahora en enero, positivo de nuevo. Las restricciones y la necesidad de tener una PCR negativa la impiden abandonar el país y regresas a su Zaragoza natal. Vive aislada, no ha contagiado a nadie de su entorno de su residencia, de hecho, las personas que convivían con ella han podido regresar a casa. Ella no. Y ha contado su historia a Nius e Informativos Telecinco.

Desesperada acudió a clínicas privadas. Su única solución era volar a España con un test positivo si un médico acreditara que está curada y que lo único que tiene su cuerpo son restos. No será por test. Lleva 8 a 180 euros y todos con el mismo resultado. Pero ninguna clínica dice estar autorizada para hacer esa acreditación.

El consulado español de Edimburgo tampoco la permite viajar ni acepta la acreditación. Ella tiene claro que no va a cometer la irresponsabilidad de meterse en un avión en estas circunstancias pero exige una solución. Al menos, en su residencia han tenido el gesto de regalarle el alojamiento y la Unizar, la universidad pública de Zaragoza, ha accedido a hacerle los exámenes a distancia por internet a pesar de que son presenciales. Algo que agradece.

Pero la situación ya ha tensado a su familia, que está en un sinvivir y ahora con el Brexit más, aunque ella confía. Tiene la tarjeta sanitaria europea y cree que si estuviera grave de algo, no la dejarían en la estacada aunque la nueva normativa requiere de un visado que ella no tiene porque llegó antes del Brexit. Otra cosa es si la cobrarán. Con más añoranza de España que nunca, Irene, se acuerda ahora cuando veía a la gente sin mascarilla en Escocia por las calles.