Japón ha planteado verter el agua contaminada de Fukushima al mar

  • El Gobierno nipón advierte de que los tanques que almacenan el líquido estarán llenos para 2022

  • Debe decidir qué hacer con el agua utilizada para enfriar los reactores de la central

Para el año 2022 la compañía que tiene en propiedad a la central nuclear japonesa de Fukushima, Tepco, se habría quedado sin espacio donde almacenar el agua contaminada de la planta tras el accidente de 2011. Por lo que el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón afirmó que es seguro liberar en el océano el agua contaminada. Este hecho ha causado la preocupación de los países vecinos.

El accidente del 11 de marzo de 2011 fue muy grave, después de que la central sufriese un terremoto de magnitud 9,0 y un tsunami de 15 metros. Más de 160.000 personas se vieron obligadas a evacuar la zona. El riesgo para la salud de los humanos sería "significativamente pequeño", aseguró el ministerio citando a un subcomité gubernamental especializado.

Desde que ocurrió el incidente Tepco ha ido almacenando en cerca de un millar de tanques instalados en la central más de un millón de toneladas de agua contaminada. Sigue construyendo contenedores de 1.000 y 1.200 toneladas de agua, pero cada uno tarde en llenarse entre siete y diez días.

¿Cuáles serían los niveles de radiación?

Según ha explicado la empresa, los datos y los niveles anuales de radiación se sitúan cerca del potencial punto de liberación del agua se estiman en entre 0,052 y 0,62 microsieverts en el mar y 1,3 microsieverts en la atmósfera, muy por debajo de los 2.100 microsieverts con los que están en contacto las personas en su vida diaria.

Posibles soluciones

Un panel de expertos debe presentar un informe sobre posibles opciones al Gobierno japonés, que será el encargado de tomar la decisión final. La empresa propietaria se limitará a acatarla. Otras posibilidades incluyen el almacenamiento prolongado en tierra o la vaporización del agua.

Los pescadores locales se oponen a la medida, preocupados por las posibles consecuencias negativas que podría tener para su actividad. Por su parte, algunos miembros del subcomité solicitaron más información sobre el impacto que tendría la liberación bajo diferentes condiciones de corrientes oceánicas y meteorológicas. Hasta de momento no se ha tomado ninguna decisión, pero no pueden demorarse mucho ya que los tanques solo disponen de tres años más.