Un joven de 28 años tuvo que acudir a un hospital de Egipto al sufrir fuertes dolores abdominales. Al llegar, confesó que se había tragado un teléfono móvil. Ante la incredulidad por la situación, los médicos comenzaron a realizarle pruebas y finalmente la radiografía confirmó los hechos: se había tragado un móvil.
El paciente ingresó en la clínica universitaria de Benha, al norte del país, tras varios días con fuertes dolores, como recoge el diario EL MUNDO. Ante una primera prueba en la que se mostraba el teléfono móvil en el interior del cuerpo del joven, el doctor pidió una segunda para confirmar los hechos, pensando que esa primera podría haberse tomado con ropa, ya que era una situación totalmente insólita.
Pero la segunda prueba no alteró los resultados: su estómago estaba alojando, durante hace días, un teléfono. Al confirmarlo, prepararon de inmediato una operación de urgencia, ya que si la batería de litio del teléfono entraba en contacto con los flujos del estómago, podría haberlo destrozado al instante.
Al realizar la intervención a la mayor brevedad posible pudieron retirar el aparato, que estaba envuelto en una bolsa de plástico. Se desconoce cómo y por qué ingirió el teléfono y no han transcendido más datos de la víctima, si lo hizo por voluntad propia o de manera obligada. Tan solo se conoce que el joven tenía antecedentes y había estado en prisión.