Viaje a Cota 905: Donde los niños como Luis, y Moisés contradicen a Errejón y no comen tres veces al día

telecinco.es 29/01/2019 16:50

Luis no está solo en su lucha contra el hambre. Su abuela Josefina ha perdido muchos kilos. Como Luis y su abuela hay muchos, todos nombres que contradicen la famosa frase de Errejón de que en Venezuela se come tres veces al día. Ellos son la muestra de que no es así. El fundador de Podemos ya ha rectificado diciendo que las cosas en Venezuela están mal, pero un paseo por los barrios más pobre de un país en quiebra demuestra que mal se queda corto.

El pequeño Moisés es otro de los rostros del hambre. Nos enseña su cama. Hoy está feliz porque se ha tomado dos arepas y tres vasitos de avena. Lo ha logrado por gente como Carlos, Mafer o Amanda, que les traen comida una vez por semana. Sí, porque el hambre también dispara la solidaridad. Las panzas hinchadas forman parte del paisaje de esta Cota 905, una de las zonas más pobres y peligrosas de Caracas.

Pero en Cota no solo se teme al hambre, también a la violencia que asola a un país que lidera los ránking. Las balas perdidas son comunes. Yamira ha puesto, con mucho esfuerzo, una buena reja en la puerta de su casa. Lo decidió después de que acribillaran a un muchacho en el salón de su casa. Trabaja como camarera en una maternidad pero, en la delirante economía venezolana, el sueldo ya no le sirve ni para comprar dos paquetes de harina. Llora solo de pensarlo. Así, más de tres millones de personas han huido de un país devastado mientras su presidente Maduro se enfrenta al drama bailando.

Conforme bajamos el cerro, el paisaje miseria no mejora, y entre las basuras que se cultivan en las esquinas encontramos a Gustavo. Salió del hospital hace tres semana, operado. Tuvo suerte. Salió vivo, pero sin trabajo, enfermo, sin pensión, sin comida...Se alegra de que su madre, una joven que emigró de Tenerife a Caracas, entonces la ciudad más rica y exuberante de Sudamérica, no pueda ver en lo que se se ha convertido ni verle a él. Y mientras tanto, Maduro baila.