Fue poco después de la medianoche en Barisha, aldea en el noroeste de Siria, cuando los residentes escucharon un ruido desgraciadamente ya familiar para ellos. El zumbido de las naves de combate en la oscuridad indicaba que una operación militar estaba a punto de comenzar. En cuestión de minutos, siguió el sonido de las balas perforando el aire.
Los soldados de pie todavía leales al Estado Islámico fueron sorprendidos por el equipo estadounidense que descendió en busca de su premio: Abu Bakr al-Baghdadi, el terrorista más buscado del mundo. Este se inmoló, junto con tres de sus hijos, durante la redada de las fuerzas especiales norteamericanas, las cuales también descubrieron un alijo de documentos que podrían proporcionar información vital sobre los orígenes y planes futuros del Estado Islámico.
Según el presidente de EEUU, Donald Trump, los helicópteros de combate volaron en círculos y abrieron fuego con armas pequeñas, pero dieron una respuesta mucho más devastadora. Algunos flotaron en el aire, colocando una cubierta de fuego debajo de la cual un equipo de crack de comandos de élite de la Fuerza Delta y Rangers podrían deslizarse al piso de manera segura, aterrizando fuera del complejo de Al-Baghdadi en el borde de la aldea. Armado con perros altamente entrenados y un robot para resistir ataques suicidas, el equipo de 70 personas estaba listo para un baño de sangre.
Abdullah Qardash, quien anteriormente sirvió a las órdenes de Sadam Hussein, podría ser el nuevo líder del ISIS. Funcionarios iraquíes-kurdos detuvieron además a una de las esposas de Al-Bagdadi, a un sobrino y a la mujer de uno de sus hombres de confianza.
La operación llevó el nombre de Kayla Mueller, una trabajadora de ayuda estadounidense que fue capturada por los yihadistas en 2013. Violada y torturada repetidamente por Al-Baghdadi, fue asesinada en 2015. Los padres de Mueller han revelado cómo viajaron hasta Siria y se reunieron en secreto con sus captores después de su muerte para encontrar su cuerpo, el cual nunca fue recuperado. Han elogiado a Donald Trump y han apuntado que su hija aún podría estar viva si el expresidente Barack Obama hubiese sido tan decisivo.