Es muy habitual pasear por las grandes ciudades y encontrarse varios patinetes eléctricos situados en la acera, a veces, estorbando e entorpeciendo el paso a los peatones. Los usuarios de estos vehículos no tienen muy claro dónde aparcar, tampoco dónde circular y la mayoría de las veces no respetan una velocidad adecuada haciendo al patinete eléctrico un auténtico peligro.
Las quejas de muchos peatones hacen recapacitar sobre cuál es la mejor utilización de este medio de trasporte. En París han dicho STOP a su multiplicación anárquica. Hasta 20.000 patinetes circulan ya por la capital francesa, y a la espera de una ley que no llega, Anne Hidalgo (alcaldesa) ha decidido atajar por lo sano y ha prohibido aparcar patinetes en las aceras. A partir del 1 de julio, los patinetes eléctricos tendrán que compartir aparcamiento con coches y motos. Además, la alcaldesa ha prohibido circular en patinete por parques y jardines y limita la velocidad.
Una medida que es compartida por muchos peatones que tienen que sortear algunos obstáculos cuando pasean. En España, la situación es muy parecida y las quejas de esta nueva invasión del espacio público se multiplican por la irresponsabilidad de algunos usuarios que dejan aparcados los patinetes, incluso ,"dentro del río".