Nuevas protestas en Irak con cuatro muertos en violentos enfrentamientos en la ciudad de Basora.
La policía ha empleado armas de fuego para sofocar unas protestas sociales que comenzaron hace más de un mes contra los políticos y la corrupción. En medio de esta difícil situación, 600 militares españoles trabajan allí en la misión contra el Estado Islámico.
Las amenazas las vigilan desde el aire los pilotos españoles que, con la tripulación bien pertrechada, transportan a diario a soldados de 74 nacionalidades y lo hacen en el cuarto país más peligroso del mundo, sin un sólo incidente en año y medio de misión.
Peleando porque nada falle allá arriba está Eu, un mecánico que trabaja en el hangar pero que tiene la suerte de volver a casa cada noche.
Al estar en una base estadounidense, él y Cris, su mujer pueden compartir habitación y hacer la colada juntos. Un alivio cuando estás a miles de kilómetros de casa.
Acostumbrados a las alarmas, a los ataques a pocos metros de donde duermen, la vida es en Irak, una bicicleta rosa con arma a bordo, y, Cris, camino al gimnasio después de despedirse de su marido.