Colgando literalmente de la cabeza. Así se encontraron los bomberos a un niño de seis años al que tuvieron que rescatar desde la ventana de su vivienda situada en un quinto piso, en la ciudad china de Rizao.
Varios bomberos se trasladaron hasta el lugar y se dividieron en dos equipos. Mientras un operario le masajeaba los cansados brazos desde la vivienda, otro se dedicaba a cortar los barrotes de la ventana con una sierra eléctrica. Un tercero subía en una grúa para rescatarle con seguridad y devolverle al suelo junto a sus angustiados padres.
Pero no es el único caso similar que ha ocurrido en China en los últimos meses. En julio, un niño de dos años fue rescatado por un vecino cuando el pequeño se precipitó al vacío desde el quinto piso de un edificio de apartamentos en la Provincia de Jiangsu, en China.
El chico había salido por la ventana y había conseguido trepar hasta el aparato de aire acondicionado cuando no había nadie en casa. La gente de la zona enseguida vio al pequeño asomado al vacío y comenzó a preparar una especie de red de seguridad cuando este se soltó, cayendo al vacío.
En pleno confinamiento, los bomberos chinos acudieron al rescate de un niño de 5 años que había quedado atrapado en el interior de una lavadora.
El menor se metió en un agujero tan pequeño que luego no podía salir. Los bomberos tuvieron que cortar el tambor de la lavadora para liberarle.