Miles de evacuados entre los vecinos de París y planes para poner a salvo las obras de los museos del Louvre y Orsay. Toda precaución ha sido poca para las autoridades francesas que no han dejado cabos sueltos ante la desorbitada crecida del Sena. Los barcos turísticos siguen sin poder navegar por el río, pero los expertos creen que el Sena ha llegado a su máximo y que a partir de hoy comenzarán a bajar las aguas.