"Pensé que mi bebé se había muerto, que me iba a morir con él", dijo la madre adolescente.
El lunes pasado, Luliana, de 16 años, estaba ayudando a su madre en el puesto donde vende comida que tiene frente a su casa, cuando un par de delincuentes comenzaron a dispararse entre ellos.
Asustada por el tiroteo, la joven embarazada intentó protegerse, pero cuando estaba por entrar a su residencia una bala perdida la hirió por el lado izquierdo de su abdomen.
El proyectil atravesó el intestino grueso de la madre, perforó la cara posterior del fondo uterino y produjo una leve quemadura de lado a lado en la zona lumbar del bebé, antes de salir por el lado derecho del vientre de Luliana, según el periódico peruano.
"Pensé que mi bebé se había muerto, que me iba a morir con él", dijo Luliana, desde un hospital de Trujillo, donde fue operada para salvarla a ella y al pequeño. "Es un milagro", aseguró.
A su lado, el padre del bebé, Jonathan Sebastián Reyes, de 20 años, comentó que aunque el pequeño todavía no tiene nombre, será llamado Jesús o con algún otro nombre bíblico.