La vida bajo tierra de los civiles en Ucrania: la angustia de no saber si los cimientos aguantan las bombas

Todos estos vecinos de Járkov vivían en la planta de arriba de un edificio y desde hace dos meses, cuando comenzó la invasión de Rusia, viven bajo tierra. Son las entrañas del edificio, donde duermen y sobreviven a oscuras sin poder ponerse de pie para salvarse de las bombas de Putin.

Así sobreviven este grupo de vecinos en Járkov, entre tuberías, con continuos sobresaltos por la bombas y los rezos para que los cimientos del edificio aguanten el impacto de los proyectiles que siguen día y noche. Hoy comen patatas con pollo cocinadas por una comunidad cristiana cercana.

Las historias de los que sobreviven en Ucrania sin abandonar sus ciudades

Son miles, jóvenes, mayores. Cada uno tiene una historia: En Mariúpol Iván visita a dos ancianos que desearían vivir bajo tierra pero no pueden. Dimitri está en cama y Vera junto a él. Se prometieron seguir juntos hasta el final y así lo harán. Halina asegura vivir en una cárcel, en su cama de un noveno piso, donde está prisionera de su suerte, porque no puede andar ni ser rescatada.

A Anatoli solo le queda escribir, como consuelo y con la esperanza de que algún día todo se sepa. Vio a los rusos llevarse a su vecino. Vive solo cerca de Kiev en su diminuto sótano donde se refugió con su mujer y tres hijos, que ahora están seguros en Bruselas. En su pueblo arrasado de 2.000 habitantes han muerto 50 vecinos y hay muchos desaparecidos.