Cuando tocó la lotería a todo un pueblo menos a uno de sus vecinos
Todos los habitantes de Sodeto se llevaron un pellizco, y el que no, hizo un documental sobre ello
Cuántas casas podrías comprarte con el primer premio de la lotería ahora y hace 10 años
En diciembre de 2011, el pequeño pueblo de Sodeto, en Huesca, protagonizó una de las historias más singulares de la Lotería de Navidad: prácticamente todos sus vecinos resultaron agraciados con el primer premio, el esperado y deseado ‘Gordo’… salvo uno. Fue precisamente ese vecino quien, desde su situación de excepción, dio a luz un documental, testimonio perfecto de lo extraordinario que puede llegar a ser el azar colectivo.
Sodeto, entonces una localidad agrícola de unos 250 habitantes y aproximadamente 70 hogares, vio cómo la Asociación de Amas de Casa recorría casa por casa vendiendo participaciones. El 22 de diciembre, cuando se anunció el número premiado, la práctica totalidad del pueblo comprobó que había ganado, con una única excepción.
El que no tocó… y la vida que decidió documentar
Ese vecino singular fue Costas Mitsotakis, cineasta griego residente en Sodeto, quien no había comprado ninguna participación a dicha asociación. A pesar del revuelo del premio, él se quedó sin recibir nada. Pero en lugar de aislarse, decidió usar su cámara para contar la historia del pueblo afortunado. “Desde entonces, me traen la lotería a casa”, reconoció años después.
Mitsotakis tituló su documental ‘Cuando tocó’. Su intención era mostrar lo que sucede cuando la suerte se reparte de forma casi total: cómo cambian las relaciones, el pueblo, la tranquilidad… y el que no entra en ese reparto. En su visión, la auténtica historia reside menos en el dinero que en la transformación de un lugar y de una comunidad.
Impactos y matices del premio colectivo
La suma exacta de participaciones de ese primer premio es difícil de precisar, pero los medios señalaron en su momento que los premios llegaron a superar varios millones de euros en conjunto para la pedanía. Los efectos de esta inyección de capital fueron múltiples: algunos vecinos invertían en tractores nuevos, otros amortizaban deudas, muchos retomaban esperanzas y viejos proyectos olvidados. “El dinero no cambió todo, pero sí dio tranquilidad para llevar adelante la vida”, declararon.
Pero también la excepción de Mitsotakis evidencia la paradoja del premio masivo: cuando casi todo el colectivo gana, el que no gana puede sentirse fuera de la burbuja de euforia. La historia es tan original como simbólica: casi todos tocados, uno al margen.
Este episodio de Sodeto es un testimonio vivo de que la lotería puede cambiar estructuras minúsculas, desencadenar emoción comunitaria y generar historias que van más allá del billete. También recuerda que el azar es imparcial, pero sus efectos pueden sentirse de forma muy desigual, incluso entre vecinos que comparten techo o calle.
Y queda otra lección potente: la de Mitsotakis, que convirtió su excepción en mirada, su ausencia de premio en un singular documental. En un pueblo donde todos ganaron excepto él, decidió no quedarse sin voz… y su testimonio es parte del premio que la lotería no reparte.