Puerta del Sol, sin sombra ni árboles: una "isla de calor" en el corazón de la capital
En las ciudades, las zonas con árboles se convierten en refugios climáticos que consiguen descender las temperaturas
Persiste la ola de calor en España con máximas de 43º: habrá también tormentas y viento en estas zonas
Con las altas temperaturas del verano golpeando con fuerza la capital, evitar la exposición directa al sol se convierte en una necesidad. Sin embargo, en algunos puntos del centro de Madrid, como la Puerta del Sol, resulta prácticamente imposible escapar del calor sofocante debido a la escasez de sombras y vegetación.
Durante estos días, la emblemática plaza madrileña alcanza temperaturas superiores a los 41 grados, según se puede comprobar fácilmente con un termómetro expuesto al sol. Aunque se han instalado toldos para ofrecer algo de alivio, muchos ciudadanos consideran que son insuficientes ante la intensidad del calor.
La delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento, Paloma García Romero, ha defendido precisamente este modelo de toldos, asegurando que son desmontables, cuentan con aval técnico y se han instalado “a petición popular”. García Romero ha recordado que la Puerta del Sol está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que impide plantar árboles o colocar estructuras permanentes. “Con toldos o sin toldos, en la Puerta del Sol va a hacer calor a 40 grados, pero al menos ahora hay zonas de sombra”, ha afirmado.
Plazas sin sombras
"Falta mucho verde", señala una vecina que atraviesa la plaza. Y es que la Puerta del Sol, catalogada como Bien de Interés Cultural, no puede acoger árboles ni estructuras permanentes, lo que impide soluciones más efectivas contra el calor.
La situación contrasta con otros espacios urbanos como la Plaza de España o ciertas calles arboladas de Barcelona, donde la vegetación y la elección de materiales urbanos ayudan a reducir la temperatura ambiente en varios grados. En algunos casos, caminar bajo la sombra de los árboles puede suponer hasta tres grados de diferencia.
En Zaragoza, por ejemplo, las plazas sin sombra alcanzan los 37 grados o más, y apenas quedan personas en ellas. En cambio, en aquellas que cuentan con zonas arboladas, la sombra se convierte en un verdadero refugio climático. Mientras tanto, en la Puerta del Sol, muchos transeúntes cruzan la plaza con rapidez o se refugian bajo los pocos toldos disponibles, en un espacio donde "el calor no se va, pero la gente sigue estando", como apunta otro ciudadano.