Cómo evitar la leishmaniosis con el aumento de las temperaturas en España, según los expertos

La leishmaniosis, enfermedad habitual en perros, puede transmitirse también al ser humano, por lo que es crucial una correcta prevención y concienciación
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Aunque la primavera nos está dando algo de tregua en cuanto a altas temperaturas, en breve llegará el verano y con él aumentará el riesgo de leishmaniosis en nuestras mascotas. En nuestro país tiene consideración de enfermedad endémica y puede transmitirse al ser humano, por lo que una correcta prevención y concienciación sobre los riesgos de infección es crucial. Hasta tal punto, que cada 1 de junio se celebra el Día de la lucha frente a la leishmaniosis por su impacto en la salud pública.
Cambio climático y mayor riesgo de leishmaniosis
La leishmaniosis (también llamada leishmaniasis) es un conjunto de enfermedades zoonóticas y antroponóticas causadas por un protozoo parásito del género leishmania que se transmite por la picadura de flebótomos hembra infectados (hay más de 90 especies de flebótomos que transmiten el parásito) y que suele contagiar principalmente a mascotas como perros, aunque realmente hay unas 70 especies animales, entre ellas el ser humano, que pueden ser fuente de transmisión del parásito. Esta enfermedad se puede presentar de tres formas distintas, con gravedad variable, según la OMS: “leishmaniasis visceral (la más grave porque, a falta de tratamiento, casi siempre resulta fatal), la cutánea (la más común, que en general causa úlceras cutáneas) y la mucocutánea (que afecta boca, nariz y garganta)”.
Uno de los factores que influyen en la supervivencia de los flebótomos y, por tanto, de su propagación, es la temperatura. Anteriormente, se solía asociar el periodo principal de infección con la temporada de primavera-verano, siendo una enfermedad estacional aproximadamente de mayo a septiembre. Sin embargo, teniendo en cuenta que debido al cambio climático han subido las temperaturas, también el riesgo de leishmaniosis. Según las estadísticas, en España ha ido creciendo un 0,3% la temperatura por cada década desde los 60, por lo que se ido ampliando el tiempo de vida de los flebótomos y su actividad parasitaria, hasta el punto de que podría considerarse que puede ser un riesgo todo el año, transmitiendo la leishmaniosis incluso en diciembre.
El aumento de las temperaturas en las últimas décadas en nuestro país también ha provocado que, sumado a un mayor tiempo de actividad, se distribuya más ampliamente a nivel geográfico. Como el aumento de temperatura llega a zonas en las que antes no era así, eso facilita la propagación de los flebótomos a zonas consideradas como frías, por ejemplo Asturias o Cantabria. Un artículo titulado 'Situación epidemiológica y de los factores de riesgo de transmisión de Leishmania' y publicado en la Revista Española de Salud Pública ya avisaba hace más de una década. “Deben coincidir en la misma localización geográfica varios factores: climatológicos (temperatura y humedad), medioambientales y ecológicos, cuya coexistencia puede favorecer el aumento de la transmisión y dar lugar a un brote de leishmaniosis en la población”.
Según la Organización Mundial de la Salud, “los cambios ambientales que pueden influir en la incidencia de la leishmaniosis son, entre otros, la urbanización, la deforestación y la penetración del ser humano en zonas selváticas. El cambio climático está influyendo en la propagación de la leishmaniosis por los cambios que induce en las temperaturas y los regímenes de pluviosidad, que afectan al tamaño y la distribución geográfica de las poblaciones de fleb ótomos. Las sequías, hambrunas e inundaciones también obligan a las personas a desplazarse a zonas de intensa transmisión del parásito”.
En la misma línea apunta el profesor Javier Lucientes, catedrático de Parasitología y Enfermedades Parasitarias del Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, en declaraciones a MSD Animal Health: “El aumento de temperaturas del ambiente está modificando algunos patrones que conocíamos de la biología de estos vectores. En los últimos diez años se están detectando ya desde primeros de abril o incluso a finales de febrero o marzo. Incluso en localidades del sur del país podrían estar volando flebótomos durante casi todo el año. Además, se ha ampliado su zona de colonización, no solo por el litoral cantábrico, también en zonas como los Pirineos”.
Consejos de los expertos para prevenir la leishamaniasis
“Esta enfermedad es un claro ejemplo de cómo la salud de los animales está íntimamente ligada a la salud de las personas, y ambas influidas por las condiciones medioambientales”, explica Federica Burgio, responsable científica de animales de compañía de MSD Animal Health. Según esta experta, “la forma de prevenir la infección por Leishmania es evitando la picadura del flebótomo, es decir, administrando productos tópicos con acción repelente”. Lo ideal sería un collar de actividad repelente frente al flebótomo con una eficacia de hasta el 98% durante 12 meses.
Además, podemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para tratar de combatir la actividad parasitaria del flebótomo. Por ejemplo, teniendo en cuenta que los flebótomos están más activos durante el atardecer y el anochecer, se recomienda evitar los paseos de los perros a esas horas y que no duerman en el exterior. También sería conveniente instalar mosquiteras en las ventanas para impedir el paso de los flebótomos y así también nos evitamos otras picaduras.