Raquel Noya 18 ABR 2025 - 15:00h.

Viajar por placer es una de las actividades que más citan las personas al ser preguntadas por su hobby favorito y también un lujo que la mayoría nos solemos conceder al menos una vez al año, aunque para ello debamos elegir destinos económicos que se ajusten a nuestros presupuestos o limitarnos a escapadas de dos o tres días como máximo.

Hacer el Camino de Santiago, embarcarse en un crucero o disfrutar los lujosos hoteles de Dubai son algunas de las tendencias que se han puesto de moda en los últimos años, a las que se suma un nuevo destino este 2025: Lituania, reconocido por Lonely Planet como el mejor de Europa y el segundo mejor del mundo en su prestigiosa lista ‘Best in Travel 2025’.

Esta joya del Báltico fusiona historia, cultura y paisajes únicos, lo que le ha valido para posicionarse este año como uno de los destinos turísticos emergentes más atractivos del mundo para desconectar de nuestra rutina diaria y conectar con la naturaleza.

17 horas de sol en verano

Ahora bien, conviene saber que, si elegimos Lituania como destino turístico en verano (concretamente entre junio y septiembre), habrá luz durante unas 17 horas al día, algo que debemos tener en cuenta para elegir un buen alojamiento.

Sin entrar a valorar si esto supone una ventaja o un inconveniente a la hora de viajar, es innegable que la gran cantidad de horas de luz al día será verdaderamente útil para disfrutar los variopintos enclaves que ofrece este país, infravalorado hasta ahora como destino turístico.

Los Lagos Verdes de Vilna y el Istmo de Curlandia son dos buenos motivos que los expertos de Lonely Planet citan para visitar esta región que, además, nos sorprende con un tercero: alberga un tramo del Camino de Santiago desconocido para la gran mayoría de los peregrinos.

Una conexión inesperada

Pocos lo saben, pero Lituania tiene su propio tramo del legendario Camino de Santiago que, igual que otros tramos del itinerario hasta Compostela, invita a la reflexión y a la meditación entre paisajes de lo más variado. Se trata del Camino Lituano, reconocido desde 2017 como Itinerario Cultural por el Consejo de Europa, que enlaza con el Camino Polaco y que permite a los peregrinos continuar su ruta hasta Santiago de Compostela. Esta alternativa ofrece a los aventureros la oportunidad de conectar con la tradición jacobea en un entorno único, permitiéndoles descubrir una faceta diferente del Camino en una región fascinante.

Istmo de Curlandia: naturaleza salvaje

Otra experiencia que no debemos perdernos si elegimos Lituania como destino las próximas vacaciones es el Istmo de Curlandia, un paraíso natural de 98 kilómetros reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Situado entre el mar Báltico y la laguna de Curlandia, ofrece paisajes de dunas doradas, frondosos bosques de pinos y pintorescos pueblos pesqueros, que lo convierten en un enclave fascinante y de visita imprescindible.

Desde la imponente duna de Parnidis, que ofrece vistas espectaculares, hasta la misteriosa Colina de las Brujas en Juodkrantė, donde las esculturas de madera dan vida a antiguas leyendas, el Istmo fusiona la magia de la naturaleza con la riqueza mitológica de la región haciendo las delicias de los viajeros.

Lagos Verdes de Vilna: un refugio esmeralda

Y por último, a solo media hora de Vilna, los Lagos Verdes (Žalieji ežerai) ofrecen un respiro natural con sus aguas cristalinas de un verde intenso, producto de manantiales minerales. Formados hace 18.000 años por el retroceso de los glaciares, algunos de estos lagos alcanzan hasta 40 metros de profundidad y están rodeados de bosques frondosos.

Su mayor joya, el Lago Balsys, es protagonista de una antigua leyenda en la que una legión de cruzados quedó atrapada bajo el hielo. Hoy, este lago es conocido por su playa con Bandera Azul, ideal para un día de descanso en plena naturaleza.