La ruta definitiva del Quijote: así puedes hacer el viaje literario por los paisajes de La Mancha

Hay muchos lugares de La Mancha cuyos nombres puede que no recordemos, pero merece la pena visitarlos
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MadridLa literatura nos abre la puerta a nuevos mundos, nos permite viajar sin tener que salir de casa, pero hay algunas obras que nos invitan a hacerlo, a recorrer todos los rincones que nos muestran sus páginas, que han servido de inspiración al autor y de escenario para las aventuras de los protagonistas.
Don Quijote de la Mancha es un claro ejemplo de ello y para poder formar parte de esta experiencia no es necesario viajar a la otra parte del mundo, solo hay que dejarse seducir por los paisajes de La Mancha. Una tierra que ya ha pasado a la historia gracias al ingenioso hidalgo que se convirtió en protagonista de esta historia y en uno de los personajes más conocidos y estudiados de la literatura española del Siglo de Oro.
La ruta del Quijote: el viaje literario por los paisajes de La Mancha
Aunque Cervantes se ocupó de aclarar que no estaba claro dónde transcurría la acción (“en un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”), quienes conocen las tierras y han estudiado la obra tienen más o menos claro que puede que Cervantes no quisiera, pero es posible señalar en el mapa el lugar al que hace referencia. Esto hace que haya varios lugares imprescindibles si se quiere hacer un viaje literario inspirado en la novela.
- Argamasilla de Alba. Este parece ser el lugar cuyo nombre prefería olvidar el autor, sin embargo, a pesar de que su nombre sea más o menos importante, bien merece una visita por parte de los lectores que han quedado seducidos por el hidalgo de los de lanza en astillero. Cuenta la leyenda que en este lugar, concretamente en la Cueva de Medrano, Cervantes empezó a escribir los primeros capítulos de su obra más famosa.
- Campo de Criptana. En este lugar se produjo la lucha del protagonista contra los gigantes, que todavía hoy pueden verse, porque en realidad se trataban de molinos de viento que todavía marcan el horizonte de esta tierra. Actualmente, hay menos de los que hubo en tiempos de Cervantes, pero es posible visitar alguno de ellos.
- El Toboso. No hay duda de que El Toboso es parada obligatoria si se quiere vivir la experiencia completa, porque este es el lugar del que era Dulcinea, la enamorada del héroe y uno de los lugares que la pareja protagonista visita.
- Alcázar de San Juan. En esta localidad aseguran que aquí fue bautizado Cervantes y en ella es posible visitar sus molinos, nombrados en honor al libro, su casco antiguo o el Museo del Hidalgo.
Si además quieres que la ruta sea un poco más extensa, puedes incluir Alcalá de Henares, lugar en el que Cervantes nació, Esquivias (Toledo), lugar de donde era su esposa y donde vivieron durante un tiempo, Consuegra (Toledo), porque sus molinos, con nombres relacionados con El Quijote, merecen la pena. En Ossa de Montiel están la cueva de Montesinos y las ruinas del Castillo de Rochafrida, y si alguien quiere acercarse a Villanueva de los Infantes, podrá ver la casa de don Diego de Miranda, el caballero cuyas hazañas mencionaba don Quijote.

