Pierden el cuerpo de un fallecido por COVID-19 y aparece dos semanas después en un camión de mudanzas

  • La policía encontró los cuerpos descompuestos en camiones de mudanza

  • La viuda ha demandado a los responsables

La pandemia del coronavirus ha puesto en aprietos a los sistemas sanitarios y fúnebres del mundo. Uno de estos casos es el de Nathaniel Hallman, de 72 años, un diácono de la Iglesia del Bautista Meek en Harlem que murió el 17 de abril en Nueva York por COVID-19.

Hallman fue hospitalizado debido a una neumonía en febrero, pero en los siguientes dos meses su salud empeoró al descubrir que se trataba de coronavirus, hasta llevarlo a la muerte. Tras ser notificadas de su fallecimiento, su esposa Mitzi y su ahijada Hope llamaron a más de 20 funerarias, pero descubrieron que todas estaban llenas. Finalmente, contactaron con un viejo amigo de la familia, el reverendo Marshall Morton Sr., pastor de la Iglesia Bautista Unity en Norwalk (Connecticut), quien les puso en contacto con James Robinson, que dirige una funeraria en Neptune City, Nueva Jersey.

El cuerpo de Hallman fue recogido el 23 de abril y llevado a la funeraria de Robinson, que no se encontraba en ese momento, por lo que otro responsable de la mencionada funeraria dijo que no podía aceptar el cuerpo debido a la saturación de trabajo. El reverendo se puso de nuevo en contacto con Robinson, quien accedió a acoger el cadaver en una funeraria de Brooklyn a cambio de 500 dolares para subsanar los gastos.

Seis días después, el 29 de abril, la policía hizo una redada en la funeraria y encontró docenas de cuerpos descomponiéndose en camiones de mudanza y sin ningún tipo de refrigeración. La Oficina del Jefe Médico Forense de la ciudad había retirado 61 cuerpos, pero no encontró ningún registro de que Hallman estuviera entre ellos. Finalmente localizaron el cuerpo, que había sido etiquetado erróneamente, según informa Daily Mail.

El diácono Nathaniel Hallman fue cremado después de 39 días, el pasado 26 de mayo. Mitzi, la viuda, ha interpuesto una demanda a James Robinson y a la funeraria.