Unidades especializadas para controlar la 'enfermedad silenciosa' que supone el colesterol elevado

  • Un diagnóstico y tratamiento precoz mejora el pronóstico y reduciendo el riesgo futuro de estas complicaciones

  • Las familias que tienen tendencia a un colesterol alto tienen más riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares como infartos al corazón o ictus

  • Los perfiles atendidos en estas Unidades corresponden a pacientes de alto y muy alto riesgo cardiovascular; de ahí la importancia del correcto abordaje tanto diagnostico como terapéutico, aseguran los expertos

La Encuesta Europea de Salud en España (EESE), realizada con adultos mayores de 15 años entre julio de 2019 y julio de 2020, sostiene que las tres enfermedades crónicas más frecuentes entre la población, desde 1993 a 2020, son la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes. Todas ellas, según el estudio, han mantenido una progresión ascendente: la hipertensión ha pasado de 11,2% a 19,03%, la diabetes de 4,10% a 7,50% y el colesterol elevado, de 8,20% a 15,29%, siendo esta última la que más se ha incrementado en las dos últimas décadas. Unas cifras, la de colesterolemia elevada entre la población española, sobre las que ya alertó el estudio ENRICA, de carácter transversal, que señalaba que “de la población adulta, el 50,5% tenía hipercolesterolemia (colesterol total ≥ 200mg/dl o tratamiento farmacológico) y el 44,9% colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad elevado (≥ 130mg/dl o tratamiento farmacológico), sin diferencias importantes entre sexos”.

En la mayoría de los casos las elevadas tasas de colesterol se asocian a un problema hereditario. El doctor José María Mostaza, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), explica que la hipercolesterolemia “es un trastorno muy frecuente y se estima que al menos 1 de cada 250 personas en la población general presenta hipercolesterolemia familiar”. Según datos publicados en la Fundación Hipercolesterolemia Familiar, en España se calculan que hay cerca de 200.000 personas con esta enfermedad. “Es por ello por lo que las familias que tienen tendencia a un colesterol alto tienen más riesgo de complicaciones cardiovasculares (infartos al corazón o ictus). La dieta, el sedentarismo o la obesidad modulan los niveles de colesterol, pero tienen un impacto muy inferior al hereditario”, sostiene el presidente de SEA.

La “enfermedad silenciosa”

Se trata de una patología que es conocida como la “enfermedad silenciosa”, pues no produce ningún síntoma. La mayoría de los pacientes con colesterol elevado son diagnosticados en análisis rutinarios realizados por cualquier otro motivo, en revisiones de empresa o en análisis realizados como consecuencia de elevaciones graves del colesterol encontradas en algún familiar con la intención de descartar una hipercolesterolemia familiar. “Se trata de una enfermedad grave que cursa con colesterol muy elevado, en general por encima de 300 o 400 mg/dL, y con enfermedad cardiovascular a edades muy tempranas”, mantiene el doctor José María Mostaza.

El colesterol se asocia de forma lineal (cuanto más alto, mayor riesgo) con la incidencia de angina de pecho, infarto de miocardio, ictus o falta de riego en las extremidades inferiores. Un diagnóstico y tratamiento precoz mejora el pronóstico, reduciendo el riesgo futuro de estas complicaciones. Para lograr un mejor manejo y tratamiento de esta patología, la Sociedad Española de Arterioesclerosis publicó en 1997 un documento que sienta las bases para definir y regular las denominadas Unidades de Lípidos (UL) en los hospitales españoles. Unidades que se empezaron a poner en funcionamiento en la década de los setenta, ampliándose su implantación durante la década de los 80, y que desempeñan funciones asistenciales, docentes y de investigación de gran importancia en el campo de los trastornos del metabolismo lipídico y la arteriosclerosis.

73 unidades en toda España

En la actualidad, existen 73 unidades en toda España, las cuatro últimas creadas en los últimos meses y vinculadas a la iniciativa Creamos, un proyecto formativo que lleva a cabo SEA con patrocinio de la biotecnológica Amgen. Según el presidente de SEA, “el número de unidades de lípidos (es decir, de unidades especializadas en el tratamiento de alteraciones graves del colesterol y de los triglicéridos) en España es escaso, con un enorme desequilibrio territorial. Mientras algunas comunidades, como Cataluña, tienen varias decenas, otras comunidades no llegan a tener ni siquiera una. Eso conduce a la inequidad en la asistencia sanitaria. Nosotros hemos encontrado que en aquellas zonas del país donde no existen unidades de lípidos, el número de pacientes diagnosticados de hipercolesterolemia familiar es inferior, al igual que es menor el número de tratamientos sofisticados para el manejo de esta enfermedad”.

Una de estas UL se encuentra en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su responsable, el endocrinólogo Francisco Villazón, explica que “estas unidades funcionan a partir de unos criterios de derivación básicamente desde Atención Primaria y, por supuesto, con una coordinación con las especialidades que atienden pacientes con una alta prevalencia de patología cardiovascular, destacando cardiología, neurología, cirugía vascular y nefrología”. Este especialista sostiene que “es fundamental generar un grupo de trabajo multidisciplinar que englobe todas las especialidades mencionadas además de la de análisis clínicos, genética y farmacia hospitalaria. Para la buena gestión de la unidad debería de existir una buena coordinación y criterios de derivación desde las distintas especialidades implicadas”. En cuanto al funcionamiento dentro de la propia unidad coordinada por el especialista en endocrinología y nutrición, “contamos con una enfermera formada en nutrición que se encarga de la educación de los hábitos saludables del paciente y la enseñanza de la correcta administración de los fármacos inyectables”, añade el doctor Villazón.

Pacientes de alto y muy alto riesgo cardiovascular

En cuanto al perfil del paciente que atiende la unidad de lípido de HUCA se encuentran, según el responsable de esta, “HF monogénicas bien Ho o He, hiperlipemia familiar combinada y dislipemias mixtas, disbetalipoproteinemias, hipertrigliceridemias, dislipemias refractarias al tratamiento y dislipemias secundarias. También las alteraciones del metabolismo de partículas HDLc. Se tratan todos ellos de perfiles de pacientes de alto y muy alto riesgo cardiovascular; de ahí la importancia del correcto abordaje tanto diagnostico como terapéutico”.

Un adecuado manejo de esta enfermedad favorece su control. Un hecho que se consigue debido a la disponibilidad de métodos bioquímicos y genéticos avanzados que permiten el diagnóstico de nuevas enfermedades y el descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas, cuyo manejo requieren un conocimiento profundo del metabolismo. En este sentido, el doctor José María Mostaza asegura que “las Unidades de Lípidos se encargan, de forma global, del diagnóstico y tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular y, de forma más concreta, del diagnóstico y tratamiento de las alteraciones graves del colesterol y de los triglicéridos, sobre todo de las formas genéticas”.

El papel esencial de la Atención Primaria

En el camino que inician los pacientes con este tipo de patologías, el papel de la Atención Primaria es esencial, según el presidente de SEA, dado que “la mayoría de las elevaciones del colesterol o triglicéridos que requieren tratamiento pueden manejarse en atención primaria”. Sin embargo, en aquellos casos que cursas como dislipemias graves, hipercolesterolemias e hipertrigliceridemias de origen familiar, la hiperlipoproteinemia (a) o el estudio de sujetos con familiares con enfermedad cardiovascular a edades tempranas, son las Unidades de Lípidos las encargadas del diagnóstico y tratamiento. “Además, las UL también se encargan del diagnóstico y tratamiento de alteraciones de los lípidos menos graves, pero en situaciones de complejidad, como podría ser su manejo en niños, en embarazadas, en personas frágiles de edad avanzada, cuando existen interacciones, intolerancia farmacológica, etc”, explica este experto.