Asesinatos

20 años del asesinato a Rosario Endrinal, la sintecho que fue quemada viva en Barcelona: "Supuso la visibilización de la aporofobia"

Una persona sin hogar duerme en la calle en Barcelona
Una persona sin hogar duerme en la calle en Barcelona. Europa Press
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BarcelonaEl 16 de diciembre de 2005, tres jóvenes, dos de 18 años y un menor de edad, quemaron viva a Rosario Endrinal, que pasaba la noche en un cajero del Barrio de Sant Gervasi de Barcelona. La rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego acabando con la vida de una persona que la fundación ASSÍS ha rendido homenaje para recordar los veinte años de su asesinato.

"Supuso la visibilización de la aporofobia. Cada año se mantienen escandalosamente altas las cifras de agresiones a personas sintecho. El 50% de personas que hemos acompañado han sufrido agresiones y todas se acuerdan de Rosario y tienen grandes motivos para vivir preocupadas", ha explicado Elena Sala, directora de la fundación

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En el acto de homenaje a Rosario Endrinal ha participado Lidia Pitarch, sargenta de la Guardia Urbana de Barcelona: "Tenía 16 años y me acordaré toda la vida. Fue salvaje, pero leyendo la sentencia queda muy probado que hubo autoría y premeditación".

El "desprecio" a la gente que vive en la calle

Pitarch se ha referido al "desprecio" hacia la gente que vive en la calle. "Resulta habitual. Hay algún escupitajo, insulto, puntada de pie... Hay una resistencia de la sociedad, que está acostumbrada a vivir en un barrio de bien, en una calle de bien", ha añadido.

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La especialista en sinhogarismo también ha criticado la lentitud legislativa: "Hasta 2015 no se incorporan los delitos de odio en el código penal. Y hasta 2021 que en España entra el agravante por aporofobia en el Código Penal".

La Fiscalía alerta del aumento de delitos por aporofobia

La Fiscal Delegada contra los Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía Provincial de Barcelona, Marta Gloria López Catalá, ha constatado un aumento de los delitos por aporofobia. En una entrevista con Europa Press, la fiscal ha confirmado que se ha registrado un aumento de este tipo de hechos en los dos últimos años y que el perfil de los autores es el de "gente joven", menores de edad y adultos por debajo de los 30 años.

López Catalá señala que las víctimas de delitos de odio son especialmente vulnerables porque han sido elegidas por razón de una cualidad personal que reside en ellas, pero que en el caso de las personas sin hogar "la sensación de vulnerabilidad se multiplica exponencialmente porque son personas que dedican el 90% de su energía a defenderse de posibles agresores y a obtener sustento".

Preguntada sobre si existe una infradenuncia, la fiscal es tajante: en los casos de aporofobia "no es que haya una infradenuncia, es que hay cero denuncias, las víctimas no denuncian" por su extrema vulnerabilidad, por eso, si finalmente estos hechos se juzgan es porque son los cuerpos policiales los que impulsan el procedimiento.

Los escollos de los casos

La fiscal explica que algunos de estos casos acaban archivados, más que por ilocalización de la víctima por la imposibilidad de identificar a los autores.

Otro de los escollos, si finalmente el caso llega a juicio, es la dificultad para localizar a las víctimas por no tener un domicilio, por lo que, si no es viable, se tiene que acudir a la prueba preconstituida, que tiene la misma validez que tendría su testimonio porque se ha llevado a cabo con respecto al principio de contradicción.

Otra de las dificultades, explica López Catalá, es que a diferencia de otros delitos de odio, las agresiones a personas sin hogar no suelen ir acompañadas de insultos explícitos que hagan una alusión directa a su situación: "No les dicen sintecho de mierda, como a veces maricón de mierda, no. No suelen proferir este tipo de insultos", sino que suele tratarse de actos de humillación y ridiculización.

Para probar que una agresión está motivada por la aporofobia se tiene que acudir a la prueba de indicios, como el hecho de que la víctima y el agresor no se conocían, que no hubo un enfrentamiento, discusión o conflicto previo que la motivara, y la selección aleatoria: "Si hay cuatro personas en la calle y hay una que está durmiendo en un cajero y otras tres que no y se agrede a la que está en el cajero, de la selección se infiere la motivación discriminatoria".