Gripe o neumonía: ¿cuáles son las diferencias?

La llegada de las bajas temperaturas trae de la mano un aumento de las infecciones respiratorias y, a la hora de tratarlas, es importante aprender a distinguirlas, especialmente si vamos a optar por automedicarnos con fármacos sin receta para evitar una visita al médico. Resfriados, bronquitis, gripes, covid... La lista de posibles enfermedades es larga y la forma de tratar cada una de ellas suele ser distinta. En el caso concreto de la gripe y la neumonía, ¿cuáles son las diferencias? ¿Como sabe si sufres una enfermedad u otra?

Gripe o neumonía: ¿Cuáles son las diferencias?

Cuando hablamos de gripe nos referimos a una enfermedad infecciosa aguda que afecta al aparato respiratorio y que genera en quien la padece una serie de síntomas muy característicos. Es frecuente que surjan brotes de gripe cada invierno y también que se lleven a cabo campañas de vacunación para evitar riesgos, especialmente en grupos de edad avanzada o con enfermedades crónicas, respiratorias, cardíacas...

Tal y como explica Clínica Universidad de Navarra, existen síntomas que permiten diferenciar la gripe de otras enfermedades respiratorias. Los primeros signos suelen aparecer de forma abrupta e incluyen dolor de cabeza, fiebre, malestar general y dolores musculares y articulares generalizados. También aparecen, en mayor o menor medida, síntomas respiratorios como tos, dolor de garganta y destilación nasal. A veces también surgen síntomas digestivos, como dolor abdominal, náuseas o diarrea.

Otra pista para detectar una gripe es que los síntomas generales suelen mejorar transcurridas unas 72 horas, mientras que los respiratorios suelen durar un poco más, entre 2 y 5 días. En caso de gripe, lo único que podemos hacer es medicarnos para reducir el impacto de los síntomas y, aunque se han desarrollado algunos fármacos antivirales específicos para el virus de la gripe (amantadina, rimantadina y, más recientemente, zanamivir y osetalmivir), su uso no se encuentra extendido, probablemente porque, por ahora, no se ha demostrado que reduzcan las complicaciones serias de la gripe.

En cuanto a la neumonía, sus síntomas más frecuentes incluyen tos, fiebre, dificultad para respirar, dolor de cabeza, fatiga, malestar general, o dolor en el pecho, síntomas similares a los del resfriado o la bronquitis. Sin embargo, también son frecuentes escalofríos y temblores, sudoración excesiva y desorientación, signos que pueden ayudarnos en parte a distinguirla de otras enfermedades, como la gripe. 

Quizás el factor diferenciador más claro es la duración de la enfermedad, que suele ser mayor, tal y como explica Normon: la mayoría de los pacientes de neumonía mejoran al cabo de 2 semanas recibiendo el tratamiento adecuado, aunque los pacientes de edad avanzada o con ciertas enfermedades pueden necesitar un tratamiento más prolongado.

Además, en caso de neumonía, el tratamiento puede ser más complejo e incluir antibióticos cuando la infección que la provoque sea de tipo bacteriano, así como medicamentos para aliviar los síntomas.

Por último, si quieres evitar cualquiera de estas enfermedades, puedes protegerte a través de una buena higiene: lávate las manos con agua y jabón frecuentemente, evita fumar o exponerte al humo del tabaco, y reduce o elimina el contacto con personas enfermas. También te ayudará alimentarte de forma saludable, practicar deporte y, en general, proteger tu sistema inmune. Dormir lo suficiente también es importante.