¿Todo te va mal o estás sufriendo splitting?

¿Alguna vez te has machacado pensando que todo va mal porque ha aparecido un pequeño inconveniente en tu vida? Vale, quizá no era tan pequeño, y es que, tras una ruptura, por no encontrar trabajo o al mudarte a una nueva ciudad (y sentirte un poco solo), se puede activar el pensamiento de que “tu vida es un completo desastre”. Déjame decirte que esta creencia ni es sana, ni es cierta.

Splitting, el error mental que te lleva a juzgar tu vida con mucha dureza

Los seres humanos somos víctimas de sesgos cognitivos. ¿Y qué narices es eso?, te preguntarás. Pues son errores mentales que nuestro cerebro comete a la hora de interpretar la realidad.

Los sesgos cognitivos no surgen porque sí. Muchas veces, guardan relación con una baja autoestima. En otras palabras, si tienes el amor propio descuidado, eres más propenso a cometer estos errores mentales.

Otro dato importante de los sesgos cognitivos es que suelen llevarnos a interpretar la realidad de una forma poco realista y muy catastrofista. Y por si dudabas, la creencia de que “todo te va mal”, suele ser fruto de un sesgo cognitivo, concretamente de uno llamado splitting o pensamiento polarizado.

El splitting nos lleva a interpretar la realidad en extremos. O todo es perfecto o todo va mal, y como es imposible que todo sea perfecto, tendemos a pensar que nuestras relaciones, nuestra inteligencia, nuestro cuerpo, nuestra personalidad o incluso nuestro pasado, presente y futuro, son lo peor de lo peor.

La gran pregunta es cómo combatir el splitting.

1. Aprende a identificar los pensamientos polarizados

Por ejemplo, «o me va bien con esta persona que acabo de conocer o si la pierdo me quedaré sola para siempre», «o lo hago de 10 en el trabajo, o me acabarán despidiendo», «o soy una persona animada, amable y cariños con mis seres queridos, o soy una aburrida que no aporta nada bueno».

¡Ojo! A veces, solo expresamos una mitad de la polarización: «tengo que tener pareja», «tengo que darlo todo en el trabajo», «tengo que estar siempre alegre y ser amable».

2. Sustituye tu diálogo interno por uno más realista

Una vez tengas fichadas estas creencias tan absolutistas, intenta sustituirlas por otras un poquito más realistas. Para ello, cuestiónalas. ¿Qué pasa si hay un pequeño conflicto con tu nueva pareja? ¿Qué pasa si un día no puedes darlo todo en el trabajo? ¿Qué pasa si tienes un mal día y no te apetece ser la amiga o el amigo que siempre hace reír a los demás? Realmente, las consecuencias no son tan catastróficas.

¡Ojo! Esta tarea lleva tiempo. Cuesta cambiar nuestro diálogo interno, así que no te frustres por no ir todo lo rápido que te gustaría.

3. Intenta no filtrar la información en función de tu estado de ánimo

Es muy fácil maximizar lo malo que te pasa y minimizar lo bueno, y cuando estamos de bajón tendemos a hacerlo sin darnos cuenta, pero a largo plazo esta tendencia destruye tu salud mental.

¡Ojo! No es lo mismo tener en cuenta lo positivo que adoptar un pensamiento optimista irracional. Aunque haya cosas buenas en tu vida, también tienes derecho a quejarte o a estar triste de vez en cuando.