Zaragoza lucha contra el crecimiento de la mosca negra por el calor y la sequía del Ebro

El Instituto Municipal de Salud Pública realizará la segunda fase del tratamiento contra las larvas de mosca negra en el Ebro después de haberlo realizado en el río Gállego. Este tipo de insecto se caracteriza por causar unas picaduras molestas y que, en algunos casos, provocan atención médica por la reacción alérgica. Y, aunque suelen aparecer más tarde, las olas de calor y la fuerte sequía del Ebro han provocado una aparición más temprana.

Según informa el Ayuntamiento de Zaragoza, por ahora se están llevando a cabo los tratamientos en la orilla a través de motobombas con el fin de distribuir el larvicida por el agua. Pero el tratamiento más eficaz llegará el 23 de mayo cuando se realice el tratamiento con drones. Una técnica con la que se consigue distribuir el larvicida por toda la superficie del río.

Ahora el Ayuntamiento de Zaragoza exige una mayor implicación por parte del Gobierno de Aragón para acabar con esta plaga, ya que este tratamiento también debe ejecutarse en las zonas que quedan fuera de su término municipal.

Reacciones alérgicas y daños en la ganadería

A diferencia del mosquito, la mosca negra realiza un corte en la piel y se alimenta de la sangre que aparece de la herida. Con este tipo de picaduras, las personas pueden experimentar fuertes cuadros de alergia que pueden derivar en asma, dificultad para respirar e incluso una bajada de tensión. Pero, ¿Cómo reconoces que se trata de una mordedura de mosca negra?

La picadura de este insecto suele ser de unos 6 centímetros y tiene como síntomas: dolor intenso en la zona, punto rojo que puede sangrar, enrojecimiento o roncha, picor e inflamación.

Y es que la mosca negra se caracteriza por tener una gran capacidad de vuelo y por no transmitir enfermedades a humanos. Algo que no sucede igual con las aves y el ganado en España, ya que estos insectos son capaces de provocar la muerte si realizan ataques masivos en enjambres. El director de Anecpla (Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental), Jorge Galván, afirma que "es cuestión de tiempo que comiencen a transmitir enfermedades a los humanos si no se consigue paralizar las plagas".

La sequía y el calor, sus mayores aliados

La Confederación Hidrográfica del Ebro advirtió que “casi con total seguridad” el Eje del Ebro y el Bajo Ebro terminarán en situación de emergencia. La reserva del agua se encuentre a un 51% de su capacidad total cuando el año pasado se encontraba a un 74%. Esta situación junto a la escasez de lluvias y las altas e inusuales temperaturas a las que está llegando el país, ha conseguido crear el escenario perfecto para que las moscas negras aparezcan antes de tiempo.

A este tipo de larvas les encanta vivir en un hábitat concreto: las algas. De ahí que el Ebro se convierta en el lugar idóneo para estas cuando no se forman corrientes que arrastren a los macrófitos y paralicen el crecimiento de la mosca negra.