¿Por qué se cree que no hay que ducharse mientras hay tormenta?

La creencia de que ducharse durante una tormenta eléctrica es peligroso es un mito arraigado en muchas culturas alrededor del mundo. Las advertencias de que el agua y la electricidad no se llevan bien juntas han sido transmitidas de generación en generación, independientemente de dónde vivamos. Pero, ¿existe alguna verdad detrás de esta creencia o se trata simplemente de un mito sin fundamento científico?

¿Por qué se piensa que es peligroso ducharse en una tormenta?

La idea detrás de la creencia de que ducharse durante una tormenta es peligroso se basa en la preocupación de que el agua que nos baña mientras estamos en la ducha podría conducir la electricidad si un rayo golpeara nuestra querida casa. Es decir, que el agua y los conductores eléctricos en el baño, como las tuberías metálicas o los grifos, puedan hacer que el rayo viaje a través del sistema de plomería y alcancen a la persona que se está aseando.

¿Es peligroso de verdad ducharse durante una tormenta?

Si bien la creencia de que ducharse durante una tormenta eléctrica tiene cierta lógica, la realidad es mucho menos alarmante de lo que podría parecer de primeras. Y es que antes de alarmarse y tomar como nuestros ciertos comportamientos, hay que evaluar la situación. En este caso hay algunos puntos importantes a considerar:

En primer lugar, tengamos en cuenta que los casos en los que una persona es alcanzada por un rayo mientras se ducha son extremadamente raros. Los rayos tienden a buscar el camino de menor resistencia hacia el suelo, y generalmente golpean objetos más altos o conductores más eficientes de electricidad. Por tanto la primera opción de un rayo no sería recorrer tus cañerías.

Otro factor a tener en cuenta son las protecciones con las que cuenta nuestra casa. La mayoría de las viviendas modernas están diseñadas con sistemas eléctricos y de plomería que cumplen con regulaciones de seguridad. Esto incluye la instalación de pararrayos y sistemas de toma de tierra, que ayudan a proteger la casa y sus ocupantes en caso de una tormenta eléctrica. Otro punto en contra del miedo a recibir la descarga eléctrica de un rayo mientras nos duchamos.

Las probabilidades, además juegan a nuestro favor, ya que la probabilidad de ser alcanzado por un rayo mientras nos duchamos es extremadamente baja. Las tormentas eléctricas son eventos relativamente infrecuentes en comparación con la cantidad de veces que las personas se duchan.

Si aún así sigues con miedo a ducharte durante una tormenta...

Aunque la posibilidad de ser alcanzado por un rayo mientras te duchas es muy baja, puede resultar sensato tomar ciertas precauciones razonables durante una tormenta eléctrica. Estos consejos que siguen pueden servir de guía:

  • Esperar a que pase la tormenta: Si seguimos preocupados por la posibilidad de recibir la descarga eléctrica de un rayo, simplemente habría que esperar a que la tormenta pase antes de ducharnos. Las tormentas eléctricas generalmente se mueven rápidamente y, en la mayoría de los casos, no tendremos que esperar mucho tiempo.
  • Evita el teléfono y los electrodomésticos: Además de durante la ducha, también es recomendable evitar el uso de teléfonos con cable y electrodomésticos con conexión eléctrica durante una tormenta eléctrica - Básicamente dispositivos conectados a la red eléctrica, de una u otra forma -. Estos dispositivos pueden actuar como conductores eléctricos.
  • Mantener la calma: La ansiedad relacionada con las tormentas eléctricas es comprensible y relativamente habitual, pero es importante mantener la calma. Los incidentes con rayos dentro de viviendas son extremadamente raros, y tomar una serie de precauciones básicas es suficiente para mantenerse seguro.

En conclusión: ducharse durante una tormenta es seguro

Puede decirse que ducharse durante una tormenta eléctrica generalmente es seguro gracias a las medidas de seguridad en las viviendas modernas. Si bien existe una base lógica para la preocupación, la probabilidad de ser alcanzado por un rayo mientras nos duchamos es extremadamente baja. Si nos sentimos más cómodos esperando a que pase la tormenta, también es entendible, y no debería suponer un gran contratiempo, siempre teniendo en mente los riesgos, y evitando entrar en pánico por esta situación.