Los bulos sobre los trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios se disparan entre los menores españoles. Los datos son aterradores porque 400.000 personas lo sufren en España. Y hay más. La mitad de ellos tienen entre 12 y 14 años. En España, más del 4 % de los adolescentes de entre 12 y 21 años padecen algún Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), siendo una de las patologías psiquiátricas con mayor nivel de mortalidad directa.

Con motivo del Día Internacional de Lucha contra los Trastornos Alimentarios (30 de noviembre), los expertos de Recurra-Ginso dan algunas claves para sensibilizar a la sociedad y a los profesionales de la salud sobre la importancia de la prevención, detección temprana y tratamiento efectivo de estos trastornos que aumentaron tras la pandemia de covid. Y no solo eso, ponen encima de la mesa algunos de los bulos que rodean a esta realidad.

Las consecuencias en la salud física y mental

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son problemas que afectan a la alimentación, los hábitos alimenticios y la percepción del propio cuerpo de algunas personas. Los tipos más frecuentes de TCA son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por restricción de la ingesta.

“Este tipo de trastornos pueden tener consecuencias significativas para la salud física y mental de quienes los padecen. A nivel físico, pueden causar complicaciones somáticas como problemas cardiovasculares, gastrointestinales, deterioro del sistema inmune, disfunciones cognitivas, disminución del volumen cerebral, o complicaciones músculo-esqueléticas, entre otros. Mientras que emocionalmente se relacionan con la afectación del autoconcepto, la autoestima y trastornos psiquiátricos”, explica la experta Cristina Argüeso, psicóloga sanitaria y pone encima de la mesa algunos bulos sobre los trastornos alimentarios que habría que erradicar.

Entre sus consecuencias están problemas cardiovasculares, gastrointestinales, deterioro del sistema inmune, disfunciones cognitivas, disminución del volumen cerebral, o complicaciones músculo-esqueléticas

Los bulos que hay que desterrar

“Siempre que alguien sufre un TCA, debe estar muy delgado”. En muchos casos la apariencia física de la persona que sufre un TCA está dentro de unos baremos de peso normal. Creer erróneamente que todo el mundo que sufre un TCA es delgado puede dificultar la detección de este.

“Alguien que sufre un TCA lo tiene porque lo ha buscado”. Los TCA son trastornos mentales que nadie elige sufrir. Esta enfermedad provoca un intenso sufrimiento tanto a la persona afectada como a su entorno familiar, y siempre tienen un origen multicausal de tipo individual, familiar o social.

“Los TCA son cosa sólo de chicas jóvenes”. Es importante destacar que los TCA no son exclusivos de chicas jóvenes, ya que afectan a ambos sexos y se diagnostican en personas de todas las edades. La adolescencia es la etapa de mayor riesgo, pero los casos en edades tempranas también son cada vez más frecuentes.

“Los atracones propios de la bulimia y el trastorno por atracón son un problema de fuerza de voluntad”. La bulimia y el trastorno por atracón son patologías mentales que se definen por la incapacidad de la persona afectada para gestionar y controlar su ingesta, superando los límites de la voluntad individual.

“El abuso de laxantes ayuda en la pérdida de peso”. Los laxantes son medicamentos que producen un aumento del ritmo intestinal y un mayor número de deposiciones. Su abuso provoca una pérdida rápida de agua y minerales, pero no se pierden los nutrientes, por lo que no tiene ningún efecto en la pérdida de peso.

El impacto de las redes sociales sí que es real

Otro aspecto destacable es la influencia de las redes sociales, la industria de la moda y los estándares de belleza en la percepción del cuerpo y la alimentación de los adolescentes, ya que aunque la moda siempre ha influido en los estándares de belleza, su impacto se magnifica con las redes sociales.

“La práctica de exaltar el aspecto físico genera una considerable presión, fomentando obsesiones y, en muchos casos, una búsqueda desenfrenada del estereotipo deseado mediante prácticas agresivas como intervenciones quirúrgicas, ejercicio extenuante o restricción alimentaria. A menudo, estos comportamientos se minimizan como prácticas "aparentemente simples de seguir y adecuadas para todos", pero su dificultad o incumplimiento se convierte en un desafío significativo para quienes se comprometen con estas conductas”, enfatiza la psicóloga.

Las señales que pondrán alerta a padres y amigos

Para poder prevenir y detectar los Trastornos de la Conducta Alimentaria en adolescentes, es fundamental que padres, educadores y amigos estén atentos a señales como el miedo o rechazo a un peso normal, el uso excesivo de la báscula, conductas peculiares relacionadas con la alimentación, cambios abruptos en el peso, comentarios despectivos sobre el propio cuerpo y un aumento significativo del tiempo dedicado a las redes sociales con contenido vinculado al fitness y las dietas.

Además de tener en cuenta las señales anteriores, los profesores pueden desempeñar un papel activo observando indicadores como visitas frecuentes al baño, cambios en el rendimiento académico, alteraciones en el estado de ánimo, aislamiento social y aumento repentino de la actividad física con el propósito de bajar de peso.

El 50% de las personas con TCA lo supera

La intervención precoz y la implementación de un tratamiento adecuado son clave para lograr una mejora significativa de la enfermedad, -aproximadamente más del 50 % de las personas con TCA lo supera, un 30 % presenta mejoría parcial y un 20% presenta síntomas crónicos-.

“En medio de estos desafíos, es importante recordar que los TCA tienen cura y que aquellos que enfrentan estos trastornos pueden buscar ayuda terapéutica para iniciar un tratamiento efectivo. En este camino hacia la recuperación, es fundamental brindar apoyo sin juzgar ni culpabilizar, comprendiendo que los TCA no son una elección, sino una enfermedad”, concluye Cristina Argüeso.

La vigorexia emerge entre los jóvenes

Marta Tejón, vocal de CODINAN (Colegio Profesional de Dietistas Nutricionista de Andalucía) es dietista-nutricionista pediátrica y considera que uno de los aspectos claves de estos trastornos alimentarios entre las adolescentes es "el cambio corporal que conlleva el aumento de grasa corporal, el ensanchamiento de caderas y el aumento de pecho en poco tiempo, si no se normaliza, puede conllevar problemas con su aceptación", y destaca otro dato que en ocasiones se nos olvida. "Aunque todos los TCAs son epidemias emergentes, hay un trastorno que no se le está prestando atención, pero cada vez afecta a más varones, la llamada vigorexia", alerta. Así que no, este problema no menor y tampoco es cosa solo de chicas.

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