Un estudio evidencia que tener más de una alarma para despertar o posponerla no es tan malo como se pensaba
Necesitar varias alarmas e incluso posponerla varias veces no tiene perjuicios en los patrones del sueño ni en la calidad de este
Es la conclusión de un estudio científico elaborado por investigadores de la Universidad de Estocolmo
Más del 30% de los españoles tienen problemas para conciliar el sueño: ¿cómo mejorarlo?
Una gran parte de la población cree que lo ideal a la hora de despertarse es levantarse a la primera con una sola alarma. Muchos ciudadanos son capaces, pero otros necesitan varias alarmas e incluso posponerla varias veces. Pero esto no quiere decir que lo hagan mal, todo lo contrario, según ha revelado un estudio científico elaborado por investigadores de la Universidad de Estocolmo.
Según el estudio, publicado en 'Journal of Sleep Research', posponer la alarma o tener más de una (ya sea antes o después de la hora que tenemos pensado levantarnos), no destroza los ciclos de sueño, ni compromete la regularidad del descanso. Levantarse poco a poco, recoge el documento, alivia la sensación de la "inercia del sueño", esa sensación de 'seguir dormido' hasta que pasa un buen rato o nos tomamos un café.
Varios estudios estadísticos y prácticos anteriores ya habían señalado que posponer la alarma no tiene perjuicios en los patrones del sueño ni en su calidad, y este nuevo estudio refuerza todas sus conclusiones. Posponer la alarma de forma rutinaria no provoca daños a la arquitectura general del descanso ni al funcionamiento de una persona durante el resto del día, según los expertos.
La elaboración del estudio de la Universidad de Estocolmo
Los investigadores de la Universidad de Estocolmo entrevistaron a más de 1.7000 personas para elaborar el estudio. Se les preguntó por sus hábitos de sueño y se les preguntó qué hacían para despertarse. De todos ellos, sorprendentemente, un 69% afirmó que retrasaba la alarma cada mañana o que tenían varias alarmas. Entre sus razones, la incapacidad de despertarse a la primera o estar todavía muy cansado. Cabe destacar que dentro del 69% había un 17% que tienen varias alarmas o la posponen por "gusto" y que un 16,6% lo hace por despertarse más lentamente.
En el estudio, además, se seleccionó a 31 sujetos que posponían la alarma y pasaron tres noches en en laboratorio. La edad media era de 27 años entre este grupo. Según Tina Sundelin, una de las principales investigadoras del estudio, esto se debe a que los jóvenes tienen un "cronotipo tardío", es decir, se van a la cama y se despiertan más tarde de lo habitual. Viven más por la tarde-noche y eso afecta a cómo se pueden sentir de cansados por la mañana o a cuánto posponen el despertador. Por otra parte, también se seleccionó a un grupo de personas que se despertaban a la primera, sin tener que posponer la alarma o tener varias, para contrastar datos y sacar conclusiones. Para formar este grupo se excluyó a aquellas personas con una mala calidad de sueño o a los que roncaban.
A los participantes de ambos grupos se les pidió solucionar problemas matemáticos y otras pruebas cognitivas. Asimismo, un día se instó a todos a retrasar la alarma tres veces en la última hora de sueño y se midió su nivel de cortisol en saliva. Los resultados: el grupo de personas que se levantaba con varias alarmas o lentamente tuvo mayor nivel de cortisol y mejores puntuaciones en los test cognitivos. Tener más de una alarma para despertar o posponerla no es tan malo como se pensaba
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