Las enfermeras podrán dispensar algunos medicamentos para dejar de fumar: cuáles serán y cuándo podrán hacerlo

Tal como ha comunicado el Ministerio de Sanidad a través de una nota de prensa, el Boletín Oficial del Estado ha publicado este jueves la resolución de la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud que permite a las enfermeras dispensar fármacos para dejar de fumar y anestésicos locales que hasta ahora estaban sujetos a prescripción médica.

Concretamente, ha publicado dos guías que se enmarcan dentro de lo establecido en el Real Decreto (RD) 954/2015, de 23 de octubre, por el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de las enfermeras, así como las modificaciones realizadas por el Real Decreto 1302/2018 de 22 de octubre.

Específicamente,  para la deshabituación tabáquica, la relación de fármacos o grupo de fármacos incluidos en la guía por clasificación ATC son 'vareniclina' y 'citisiniclina', mientras que la población diana beneficiaria son las personas fumadoras que decidan iniciar un proceso de deshabituación tabáquica.

A ese respecto, para iniciar el tratamiento, la guía señala que, "según la población y las situaciones clínicas que queden recogidas en el protocolo, se realizará aplicando los criterios establecidos y consensuados para ello en los protocolos o guías asistenciales específicas".

"Estos protocolos específicos incluirán los criterios de inclusión, de exclusión y de derivación para iniciar la prescripción por el médico cuando sea necesaria, así como los criterios para la revaloración médica del paciente, que se consideren necesarios en cada ámbito de actuación recogido en la guía", recoge el documento.

La guía sobre los procedimientos que requieren el uso de anestésicos locales

Por otra parte, la otra guía atañe a los procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales. En ella se permite la dispensación de 'bupivacaína', 'lidocaína', 'mepivacaína', 'tetracaína', 'combinaciones de amidas', 'combinaciones con bupivacaína', 'asociaciones tetracaína + nafazolina' y 'asociaciones tetracaína + oxibuprocaína'.

En cuanto a la población diana, la publicación precisa que será la población adulta y pediátrica que, por su patología o situación, precisen de una intervención de la enfermera "en procedimientos que requieran el uso de anestésicos locales (entendiendo con ello procedimientos vinculados a pruebas diagnósticas o terapéuticas que cursan con dolor) y mediante el uso de protocolos y/o guías asistenciales consensuados de manera multidisciplinar".

Sobre ello, el documento precisa que e se atenderá en "cualquier proceso, programado o urgente, que requiera una intervención de la enfermera donde sea necesario eliminar el dolor ocasionado por el procedimiento".

Cada año fallecen en España unas 50.000 personas como consecuencia del consumo de tabaco

Tanto en la prescripción de medicamentos de deshabituación tabáquica, como en procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales, Sanidad subraya la necesidad de "dejar constancia en la historia clínica del paciente, la identificación de la enfermera que realiza las diferentes actuaciones en base a sus competencias y de acuerdo al protocolo y/o guía asistencial consensuado".

Las guías aprobadas son fruto de un trabajo colaborativo multidisciplinar de un grupo de profesionales en representación de las organizaciones sanitarias y corporaciones profesionales implicadas, así como de expertos externos de diferentes ámbitos profesionales (medicina, enfermería, farmacia), tal como detalla la nota de prensa del Ministerio de Sanidad. En el caso de la asociada al tabaquismo, recuerdan que cada año fallecen en España alrededor de 50.000 personas como consecuencia del consumo de tabaco: el 33,1% se debe a cáncer de pulmón, siendo la primera causa de muerte atribuible al tabaquismo, seguido de enfermedades cardiovasculares, con un 27%, y enfermedades respiratorias, con un 23%.

Ante ello, subrayan la necesidad de garantizar la accesibilidad a consejos sanitarios respecto al consumo de tabaco y la exposición al humo ambiental, y a los distintos recursos de ayuda para dejar de fumar.

Para ello, el rol de estas profesionales es fundamental, mediante una valoración individualizada del paciente (su grado de aceptación, la adherencia al tratamiento, la aparición de efectos secundarios y síntomas derivados del síndrome de abstinencia) y la combinación de intervenciones para modificar la conducta y el uso de fármacos eficaces que garanticen el seguimiento protocolizado del tratamiento.

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