Este es el tiempo máximo que deberías conservar tu almohada, según los expertos

Los expertos en higiene del sueño recomiendan cambiar la almohada cada 1 o 2 años dependiendo del material y el uso
Es importante, además, darle un buen mantenimiento para asegurar su longevidad y conservación
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Los expertos en sueño aseguran que cada ocho o diez años deberíamos cambiar el colchón debido a que se desgastan sus materiales y pierde las condiciones para ofrecernos un buen descanso.
Pero, ¿Qué ocurre con las almohadas?, ¿Cuándo se agota su vida útil?, ¿Cada cuánto tiempo deberíamos cambiarlas para que no influyan negativamente en nuestra calidad del sueño?
Pues igual que ocurre con el colchón, distintos especialistas coinciden al asegurar que ésta se debe cambiar con cierta frecuencia por una cuestión de higiene y porque con el tiempo sus materiales se deterioran y se acaban deformando.
Y aunque no existe una fecha estándar de caducidad de la almohada ya que, entre otras cosas depende del material del que esté hecha, lo más recomendable, según la organización estadounidense National Sleep Foundation, es “cambiar de almohada cada uno o dos años” ("incluso antes si notamos que ha perdido consistencia o tiene bultos", aclaran).
¿Por qué es importante reemplazar las almohadas?
Expertos de la fundación del sueño norteamericana explican que no cambiarla con regularidad puede provocar “reacciones alérgicas, brotes de acné y dolor de cuello”, por lo que invertir en una buena almohada y cambiarla con regularidad es una inversión en descanso y salud.
Además, es importante cuidar las almohadas que usamos para asegurar su longevidad y garantizar que las conservamos con “buen soporte, limpias y libres de alérgenos”, detallan.
Una almohada vieja, además de no sujetar el cuello y la cabeza mientras dormimos, puede acumular alérgenos como ácaros del polvo, hongos, moho y caspa, así como grasa facial y capilar, sudor, baba y otras impurezas que acaban pasando factura a nuestra salud, por lo que conservarla más tiempo del recomendado no suele salir rentable.
Señales claras de que ha llegado su hora
Generalmente, sabremos cuando es el momento de cambiar nuestra almohada cuando nos despertemos con dolor en el cuello, en la espalda o no nos brinde una postura cómoda para dormir, o también ni notamos que se amarillean demasiado o nuestras alergias empeoran por la noche. Ten en cuenta estas señales:
- Deformación: ha perdido su forma y ya no ofrece el mismo soporte que cuando la compramos.
- Manchas amarillas y mal olor: es señal de que ha acumulado sudor, grasa, células muertas y bacterias.
- Alergias o problemas respiratorios: si nuestras alergias empeoran o nos despertamos congestionados puede ser debido a los ácaros acumulados en la almohada.
- Dolores en cuello y espalda: si se ha hundido no brindará el soporte necesario para mantener una alineación espinal saludable ni aliviar la tensión al dormir.
Si es el caso y has notado ya alguna de estas señales (sobre todo si han pasado más de dos años desde que adquiriste tu almohada), te recomendamos cambiarla lo antes posible, y con urgencia si es de poliéster, ya que éstas tan sólo tienen en torno a un año de vida útil.

