La EMA restringe el uso de la azitromicina, el popular antibiótico de las tres pastillas: cuáles son sus usos y efectos secundarios
La azitromicina se ha utilizado durante décadas para tratar diversas enfermedades infecciosas, tanto en niños como en adultos
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La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha propuesto recientemente restringir o eliminar varias indicaciones actuales de la azitromicina, uno de los antibióticos más recetados en la Unión Europea (UE), con el objetivo de frenar el avance de la resistencia antimicrobiana.
Tras una revisión de su eficacia, riesgos y patrones de consumo, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) recomienda modificar la mayoría de los usos autorizados del fármaco, y propone retirar su uso para acné vulgar moderado, la erradicación del Helicobacter pylori -bacteria relacionada con úlceras gástricas-, y la prevención de ataques de asma, puesto que considera que la evidencia científica actual no respalda su eficacia en estos contextos.
“Estas recomendaciones buscan optimizar el uso de este antibiótico común y minimizar el desarrollo de resistencia antimicrobiana, es decir, la capacidad de los microorganismos de volverse resistentes a los medicamentos. La azitromicina se ha utilizado durante décadas para tratar diversas enfermedades infecciosas, tanto en niños como en adultos”, señala la EMA.
En cuanto a los efectos secundarios del medicamento se encuentran la pérdida del apetito, náuseas, vómitos, mareos, cansancio, dolores de cabeza, alteraciones en el gusto y diarrea, pero estos suelen ser leves y apenas relevantes.
Las enfermedades con las que se mantienen
Entre las indicaciones que se mantienen, aunque con ajustes en dosis y condiciones, figuran infecciones respiratorias como la bronquitis crónica agudizada y la neumonía adquirida en la comunidad, enfermedades de transmisión sexual como la clamidia, infecciones ginecológicas como la enfermedad inflamatoria pélvica, y ciertos cuadros infecciosos en pacientes con VIH.
Además, se introducirá una advertencia en la ficha técnica del medicamento para alertar sobre el riesgo de que el fármaco favorezca el desarrollo de resistencias, en especial por su permanencia prolongada en el organismo tras finalizar el tratamiento.
Según la EMA, este antibiótico sólo debe prescribirse tras una evaluación cuidadosa de los beneficios y riesgos, considerando la prevalencia local de resistencias.
Los cambios recomendados por el CHMP han sido enviados a la Comisión Europea, que deberá emitir una decisión final con validez en todos los países europeos. Mientras tanto, se insta a pacientes y profesionales sanitarios a revisar sus prácticas de prescripción y considerar alternativas más seguras y efectivas cuando estén disponibles.
Resistencia a este antibiótico ha aumentado en los últimos años
Este ajuste en el uso de la azitromicina se enmarca en una estrategia más amplia de la EMA y de otros organismos internacionales para preservar la eficacia de los antibióticos existentes ante la creciente amenaza de la resistencia antimicrobiana, considerada una de las mayores crisis de salud pública del siglo XXI.
Este antibiótico está incluido en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que resalta su importancia para la salud pública, pero también está clasificada como antibiótico con alto riesgo de resistencia antimicrobiana, y está incluido en la categoría de vigilancia «Watch», lo que indica que debe usarse con especial precaución.
Los datos muestran que la resistencia a este antibiótico ha aumentado en los últimos años.