Virulergia, el doble problema respiratorio por el que media España estornuda y que intensifica los síntomas

La primavera llega con doble impacto: virus respiratorios y alergias coinciden e intensifican los síntomas
¿Por qué me he vuelto alérgico de repente? Un alergólogo resuelve la duda de muchos
¿Resfriado o alergia? Es la pregunta que muchos se hacen estos días al notar síntomas como estornudos, congestión o malestar general. Pero, ¿y si fuera ambas cosas a la vez? En las últimas semanas se ha producido un repunte de enfermedades respiratorias y de alergias primaverales, un fenómeno conocido como "virulergia".
Las intensas lluvias de los últimos meses, el aumento de las temperaturas y los elevados niveles de contaminación han adelantado la polinización entre una y dos semanas respecto a años anteriores. Como resultado, el polen -especialmente de olivo y gramíneas- ha alcanzado concentraciones muy elevadas, con hasta 20 provincias en riesgo extremo, según los registros de la Red Española de Aerobiología.
A este contexto se suma un repunte en la circulación de virus respiratorios. Entre los más frecuentes en esta época figuran el virus respiratorio sincitial (VRS), principal causante de bronquiolitis en niños pequeños; el rinovirus, responsable del resfriado común; los virus de la gripe A y B, que pueden extender su pico hasta bien entrada la primavera; el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19), que sigue mostrando fluctuaciones estacionales; o el adenovirus, que provoca infecciones respiratorias, conjuntivitis y gastroenteritis.
¿Qué es la virulergia?
Cuando una persona presenta de forma simultánea síntomas de una infección vírica y de una alergia, hablamos de virulergia. Esta combinación puede intensificar el malestar y afectar especialmente a personas con el sistema inmune más vulnerable, como mayores, niños o personas con patologías crónicas.
¿Cómo distinguir si es virus, alergia o ambos?
El resfriado es causado por un virus, mientras que la alergia es una respuesta del sistema inmunológico ante alérgenos como el polen. No siempre es fácil diferenciarlos, pero existen algunas claves.
"La duración de los síntomas es una de las principales diferencias", explica María Ortega Camarero, jefa del Servicio de Alergología y médico de Urgencias del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa. Según indica el centro en una nota de prensa, "los síntomas del resfriado suelen durar entre siete y diez días, mientras que los de la alergia pueden alargarse durante semanas o incluso meses, en función de la exposición al alérgeno".
También hay diferencias en el tipo de síntomas. En el resfriado, la congestión nasal suele ir acompañada de dolor de garganta, tos, fiebre leve y malestar general. En cambio, la alergia se caracteriza por estornudos frecuentes, picor de ojos y nariz, lagrimeo, mucosidad clara y, en casos más graves o en personas asmáticas, dificultad para respirar.
Diagnóstico y tratamiento
Para un diagnóstico certero, la doctora Ortega Camarero recomienda acudir a un especialista en alergología, que podrá realizar pruebas específicas como test cutáneos o análisis de sangre para identificar los alérgenos implicados. "Esto permite establecer un tratamiento personalizado, que puede incluir antihistamínicos, corticoides nasales, inhaladores o inmunoterapia", señala.
Además, también es buena opción acudir a farmacias para obtener test rápidos que detectan infecciones víricas frecuentes como el Covid o la gripe, lo que puede ayudar a confirmar si hay coinfección.
Recomendaciones para aliviar los síntomas
Si los síntomas se deben a una alergia, se aconseja:
- Evitar actividades al aire libre en las horas de mayor concentración de polen (por la mañana y al atardecer).
- Usar gafas de sol y mascarilla para reducir el contacto con alérgenos.
- Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa.
- Mantener cerradas las ventanas durante las horas de mayor polinización.
- Utilizar purificadores de aire con filtros HEPA en interiores.
En caso de estar resfriado, las recomendaciones se centran en medidas físicas y de prevención:
- Lavarse frecuentemente las manos.
- Utilizar mascarilla si se acude a centros médicos o se está en contacto con personas vulnerables (lactantes, mayores, inmunodeprimidos).
- Mantener una buena hidratación y descansar lo necesario.