¿Es culpa del protector solar que tengamos bajos niveles de vitamina D? Esto dice un farmacéutico
Hablamos con un experto sobre la relación entre la exposición al sol con protección y el déficit vitamina D
El 80% de los mayores de 65 años tienen déficit de vitamina D: ¿para qué sirve y cuándo debemos usar suplementos?
Hasta un 75% de la población española presenta niveles bajos de vitamina D, a pesar de ser un país con muchas horas de sol. Nuestros niveles se asemejan otras zonas mediterráneas como Italia o Grecia o incluso a los de regiones menos soleadas, como los países nórdicos.
La principal fuente de vitamina D es la radiación solar, que aporta cerca del 80% del total que necesita el organismo. El resto proviene de la alimentación o de suplementos, que suponen entre un 10% y un 20%.
¿Por qué es importante la vitamina D?
Aunque comúnmente se la denomina "vitamina del sol", en realidad la vitamina D actúa como una hormona. Es fundamental para la salud ósea, ya que permite la correcta absorción de calcio y fósforo, y está implicada en la expresión de más de 300 genes. En niños, su deficiencia puede causar raquitismo, y en adultos se relaciona con enfermedades como la osteoporosis. Además, investigaciones recientes apuntan a que podría estar vinculada con trastornos como la diabetes, el colon irritable o la esclerosis múltiple.
También desempeña un papel clave en el funcionamiento del sistema nervioso, muscular e inmunitario. De hecho, varios estudios han observado que mantener niveles adecuados mejora la calidad de vida de personas con cáncer.
¿La culpa es del protector solar?
La protección solar reduce la síntesis cutánea de vitamina D porque evita que las radiaciones UV penetren en la piel. Por ejemplo, un fotoprotector con SPF 15 puede reducir esta capacidad en más del 98%. Pero, ¿Es el protector solar el responsable de los niveles bajo de vitamina D?
"Uno de los razonamientos de los negacionistas es que la falta de vitamina D en la población se debe al uso de los protectores solares", anuncia Pablo García, farmacéutico y autor del libro 'El fío no resfría', donde desmonta los principales mitos que rodean al mundo de la salud.
Sin embargo, a día de hoy, "no hay evidencia científica que respalde esa afirmación", aclara García. "Nadie se aplica el protector solar durante todas las horas del día que hay sol. Además, en caso de usarlo a diario normalmente se usa solo en el rostro y una única vez por la mañana y el efecto no dura todo el día. Rara vez se aplica en todo el cuerpo, salvo cuando vamos a la playa o la piscina".
Según explica, si realmente usáramos protector solar en todo el cuerpo, todos los días del año, reaplicándolo cada dos horas y en la cantidad adecuada, sí podría tener un impacto en los niveles de vitamina D. "Pero eso no ocurre en condiciones reales. No solemos ponernos crema solar en zonas como los antebrazos, las pantorrillas o las manos", subraya.
Entonces, ¿por qué tenemos déficit?
"La causa exacta aún no se conoce. Algunos expertos creen que quizás los niveles recomendados son demasiado altos, pero no hay consenso", señala García. De momento se consideran niveles adecuados cuando la concentración plasmática de 25-OH vitamina D está por encima de los 30 ng/ml, y deficientes si están por debajo de los 20 ng/ml.
Además del uso (limitado) del protector solar, hay otros factores que afectan a la síntesis cutánea de esta vitamina como la edad, ya que con los años disminuye la cantidad de 7-dehidrocolesterol, precursor de la vitamina D; el color de piel, ya que las personas con fototipos más oscuros necesitan más tiempo de exposición; o la hora del día, la estación del año y la latitud, que influyen en la intensidad solar.
¿Cómo encontrar el equilibrio?
Tomar el sol tiene beneficios como la producción de vitamina D, pero también riesgos, siendo el más importante el cáncer de piel, por lo que no debemos dejar de protegernos. Por eso, la clave está en el sentido común. "En primavera y verano es sencillo alcanzar niveles óptimos; en otoño e invierno es más complicado", recuerda García.
Según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), basta con exponer cara y brazos entre 5 y 15 minutos al día durante las horas centrales, entre octubre y marzo, y con una crema solar de SPF entre 15 y 30.
Y si tengo déficit, ¿Debo suplementar?
Para García, la respuesta es clara: sí, pero siempre bajo control médico. El exceso también puede ser perjudicial. En general, las personas que podrían considerar tomar suplementos de vitamina D son aquellas con riesgo de deficiencia, como adultos mayores, personas con piel oscura, personas con ciertas condiciones médicas que limitan la absorción de grasas, y aquellas con poca exposición al sol. También se recomienda en casos de osteoporosis y para proteger la masa ósea en personas mayores.