Bienestar

Siete vicios matutinos que te roban energía a partir de los 50 (y cómo neutralizarlos)

Hábitos matutinos
Vicios mañaneros que conviene evitar a los 50. GETTY IMAGES
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A partir de los 50 años, el cuerpo comienza a reaccionar de manera distinta a los pequeños gestos del día a día. Lo que antes apenas tenía consecuencias, cosas como saltarse el desayuno o revisar el móvil nada más abrir los ojos, pueden convertirse en un lastre de energía y bienestar. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, esta etapa vital se caracteriza por cambios metabólicos, pérdida progresiva de masa muscular y mayor sensibilidad digestiva y cutánea, factores que obligan a prestar más atención a las rutinas cotidianas.

Los hábitos de la mañana, en particular, marcan la pauta del resto de la jornada. Un inicio apresurado, cargado de café en ayunas, estrés digital o un desayuno pobre en nutrientes, puede condicionar la vitalidad durante horas. Por el contrario, corregir ciertos vicios matutinos se traduce en más energía, mejor digestión, mayor claridad mental y un impacto positivo en la salud a largo plazo.

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Estos son los siete errores más comunes al despertar que conviene revisar a partir de la madurez, y cómo reemplazarlos por gestos sencillos y eficaces.

1. Mirar el móvil antes de levantarte

El gesto más automático de muchos: abrir los ojos y ponerse a revisar mensajes, noticias o redes sociales. Pero no es una costumbre inocua. Neuropsicólogos advierten que este cambio repentino puede desencadenar un aumento en los niveles de cortisol, lo que genera una sensación de fatiga y desorientación. Además, la psicología lo asocia con mayores niveles de ansiedad al comenzar el día. El médico de urgencias Manuel Viso recomienda directamente evitar el teléfono durante la primera hora tras despertarse.

2. Tomar café con el estómago vacío

El café es un aliado que puede dotar de energía, pero no conviene abusar de él en ayunas. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la cafeína puede aumentar la secreción gástrica y agravar molestias digestivas en personas con predisposición a reflujo o gastritis. Por eso, aunque no es necesario eliminarlo, sí se recomienda acompañarlo de algún alimento y no tomarlo siempre con el estómago vacío, especialmente a partir de edades en las que la mucosa gástrica es más sensible.

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3. Ducharte con agua demasiado caliente

Pocas cosas resultan más placenteras que una ducha humeante, pero la piel lo acaba pagando. El calor extremo daña la barrera cutánea dejando la piel expuesta, seca y más sensible. Además, el agua caliente reseca mucho la piel y produce vasodilatación, lo cual puede aumentar las arañas vasculares y las varices, mientras que el agua fría aporta más energía y beneficia la piel.

4. Desayunar solo cereales “light”

Los cereales de desayuno en versión “light” suelen tener un problema: el azúcar. La OCU analizó 306 cereales y concluyó que más del 50% tenían un perfil nutricional poco saludable, con exceso de azúcares y bajo aporte de proteínas. A partir de los 50, las necesidades de proteína aumentan para preservar la masa muscular. Mejor opción: yogur griego, huevos o pan integral con aguacate.

5. Saltarse el desayuno

El debate sobre si desayunar es imprescindible sigue abierto para la ciencia, pero en mayores de 50 saltárselo con la idea de adelgazar no siempre funciona. La Escuela de Salud Pública de Harvard señala que, en personas con riesgo metabólico, desayunar de forma equilibrada puede ayudar a controlar su peso y los niveles de glucosa. No hace falta darse un banquete, pero sí algo que active el metabolismo y aporte nutrientes.

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6. Vestirse sin moverse primero

El cuerpo amanece rígido. Estudios de la American College of Sports Medicine destacan que la movilidad articular suave por la mañana mejora la circulación y reduce la rigidez matinal en adultos mayores. Dedicar apenas cinco minutos a estiramientos o a caminar por casa antes de vestirse marca la diferencia en energía y agilidad.

7. Planificar el día mientras desayunas

El multitasking no es un superpoder que sea gratis para el cuerpo. Según la American Psychological Association, realizar varias tareas a la vez disminuye la concentración y afecta procesos cognitivos básicos, incluida la atención a la comida. Desayunar mientras revisas correos o agendas impide una digestión consciente y favorece comer de forma más rápida y menos saludable.

Los 50 marcan un punto de inflexión en la forma en que el cuerpo responde a los hábitos diarios. Lo que antes pasaba inadvertido, como un café mañanero demasiado apresurado, una ducha ardiente o un desayuno rebosante de cereales azucarados, ahora puede traducirse en fatiga, problemas digestivos o piel reseca. Revisar estas rutinas y corregir estos siete vicios es una inversión directa en energía, salud y calidad de vida.