María José, la joven que recibió una carta anónima tras donar médula: "Gracias a ti sigo viviendo"
María José y Carlos han donado medula este año, y gracias a su acto, dos personas pueden seguir viviendo
Día Mundial del Donante de Médula Ósea: la mayoría de estas donaciones (88%) se realizan con sangre periférica, sin necesidad de puncionar la médula ósea
María José, de 25 años, y Carlos, de 33, no se conocen, pero comparten un gran gesto: ambos han donado médula ósea este año en el Hospital de Sant Pau (Barcelona). Ninguno pasó por una punción en la médula, y los dos regalaron una segunda oportunidad a alguien en algún lugar del mundo que necesitaba sus células madre para seguir disfrutando de la vida.
Cada año, cientos de personas en España con leucemias, linfomas y otras enfermedades hematológicas dependen de un trasplante para seguir viviendo. Su futuro está en manos de alguien altruista que diga "sí" y done. Puede ser para un familiar, pero muchas veces es para un completo desconocido a miles de kilómetros de distancia.
María José estudia Medicina y decidió hacerse donante después de que un camión de donación de sangre y médula se instalara frente a su facultad. "Nos explicaron que es difícil encontrar a alguien compatible, pero que, si sucedía, tendría un gran impacto en la vida de esa persona", recuerda. Aunque le daban miedo las agujas, se animó.
Carlos, por su parte, ya donaba sangre junto a su mujer. Un día ella le preguntó: "¿Por qué no hacernos donantes de médula?". Y así, Carlos se convirtió también en una esperanza para alguien que lo necesitara.
La llamada que cambia todo
Ninguno esperaba recibir noticias. Pero un día, sus teléfonos sonaron. A María José le avisaron en menos de un año; a Carlos, a los tres o cuatro. "Nunca respondo a números desconocidos, pero ese día lo cogí. Menos mal", sonríe él. Ella recuerda que estaba en el gimnasio cuando le dijeron que podía ser compatible: "Sentí miedo, pero también ilusión".
En las llamadas les comunicaron que junto a otras personas eran compatibles, pero que necesitaban realizar más pruebas para saber quién de todos lo era más. Fueron ellos.
Una vez 'elegidos', el proceso se explica con calma: la mayoría de las donaciones se hacen por sangre periférica. Solo en casos excepcionales (10%) se extraen las células madres directamente de la médula con anestesia.
Donar es dar vida
Durante cuatro o cinco días antes de la extracción, para obtener las células madre por sangre periférica, se deben administrar una o dos inyecciones subcutáneas al día, hasta asegurar un mínimo de células madre en la sangre. Se inyectan unos agentes llamados 'factores de crecimiento' que hacen pasar las células madre de la médula al torrente sanguíneo.
Los efectos secundarios son mínimos comparados con lo que se consigue. "Yo tuve algo de dolor de cabeza esos días", dice ella. "Yo solo algo de cansancio", añade él. Además, hay disponible un teléfono para cualquier duda que tengan los donantes durante los días previos y posteriores.
¿Cómo es el día de la donación?
El gran día todo ocurre de forma sencilla. Ese mismo día comprueban que hay suficientes células madre en sangre con una analítica, y una vez dado el visto bueno, comienza la extracción.
"Tienes un catéter en cada brazo. Por uno se extrae la sangre, pasa por una máquina que separa las células madre, y luego se devuelve al otro brazo a través del otro catéter". Al día siguiente, tanto María José como Carlos estaban de nuevo en la universidad y en el trabajo, respectivamente.
"Recuerdo que estaba muy emocionada pensando en quién sería la persona que iba a recibirlas", confiesa ella. Y aunque nunca sabrán exactamente a quién ayudaron, sí conocen lo más importante: gracias a su gesto, alguien pudo seguir adelante.
Una carta que llegó muy lejos
El día de la extracción, ambos recibieron la visita de la Fundación Josep Carreras, que desarrolla múltiples proyectos y apoya la investigación en leucemia, linfoma, mieloma múltiple y otros cánceres de la sangre. Durante la visita les explicaron que existía la posibilidad de enviar una carta anónima al receptor de la donación. Carlos prefirió no hacerlo, pero María José sí: "No sabía en qué idioma escribirla porque podía ser para cualquier lugar del mundo, así que lo hice en castellano".
Pasaron unos meses hasta que recibió la respuesta, en inglés: "Gracias a ti tengo la oportunidad de seguir viviendo, de pasar tiempo con mi familia y de sentir cada día como un regalo".
María José se emociona al recordarlo: "Lo único que hice fue pincharme una medicación, tener algo de dolor de cabeza y donar. Y, sin embargo, para alguien eso lo fue todo. Animo a cualquiera a que lo haga. Es un proceso muy bonito que puede salvar la vida de una persona, aunque esté a miles de kilómetros de distancia".
España, un país solidario
Este sábado se celebra el Día Mundial del Donante de Médula Ósea, una jornada para dar las gracias a quienes ya lo han hecho posible y recordar la importancia de este gesto solidario.
España cuenta hoy con más de 515.000 donantes inscritos en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO), gestionado por la Fundación Josep Carreras y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
Solo en 2024 se sumaron más de 30.000 nuevos donantes, y este año ya se han incorporado más de 16.000. Ese esfuerzo ha permitido alcanzar un récord: en 2024 se realizaron 426 donaciones efectivas para pacientes en España y en más de 30 países, un 8% más que el año anterior.
Y lo más importante: hoy, encontrar un donante compatible en el REDMO es posible en el 90% de los casos y en apenas 27 días de búsqueda.
El 88% de las donaciones se realizan por sangre periférica, lo que demuestra que donar es sencillo y accesible, que evita la punción de la médula ósea.
España ocupa el quinto puesto en Europa en número de donantes y forma parte de una red mundial con más de 40 millones de personas dispuestas a dar vida.
¿Cómo hacerse donante?
Hacerse donante de médula ósea es un gesto sencillo que puede salvar vidas, pero requiere cumplir algunos requisitos básicos.
Pueden inscribirse nuevos donantes entre 18 y 40 años, en buena salud, con un peso mínimo de 50 kg y sin enfermedades graves. También es importante tener disposición para donar a cualquier persona compatible en el mundo, aunque no sea un familiar, y mantener esa disponibilidad hasta los 60 años.
Una vez cumplidos estos requisitos, el proceso comienza contactando con el centro de referencia más cercano para formalizar la inscripción (puedes consultar todos los puntos de donación en la web de la Fundación Josep Carreras).
Donar médula es un gesto pequeño que tiene un impacto infinito. Como dice María José, "pensar que alguien, en cualquier parte del mundo, puede vivir más tiempo gracias a ti, es una de las experiencias más bonitas que existen".