Salud mental

Lorena Gascón, psicóloga: “El ego no es malo: nos defiende como una abuela orgullosa”

La red de apoyos es importante para superar una pérdida
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MadridQue la vida no es todo el rato maravillosa es algo que tenemos claro, aunque haya tazas de desayuno que nos digan todo lo contrario. En el día a día hay nubarrones amenazantes, charcos llenos de barro y cacas de perro esperando estratégicamente situadas tras la esquina.

Bien lo sabe Lorena Gascón, psicóloga que acaba de sacar al mercado un libro de título revelador: ‘Cómo sobrevivir a las putadas de la vida’ (Martínez Roca). En él, Gascón expone cómo llevar mejor las pérdidas que todos experimentamos a lo largo de nuestra existencia, sean de una índole u otra, y gestionar el duelo. Y lo acompaña de ejercicios prácticos, como crear una cajita con cosas agradables. Es decir, que también es un libro práctico. Sobre él conversamos con la autora, apasionado de las croquetas y los gatos (que también se cuelan en el libro).

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Lo primero que queda claro en el libro es que hay muchos tipos de faenas…

Las personas, cuando pensamos en una pérdida, solemos hacerlo en las que tienen que ver con la desaparición de un ser querido. Pero hay muchas más: la pérdida de un trabajo, de un animalito, de la propia funcionalidad… Pero es cierto que la mayoría de literatura que hay sobre el duelo es sobre un ser querido así que por eso nació este libro.

¿Por qué dices que hay pérdidas que son como muñecas rusas?

Pues porque una pérdida suele tener otras aparejadas. Por ejemplo, una ruptura sentimental puede traer aparejada la pérdida de una vivienda, de una situación económica determinada… Además, las condiciones socioeconómicas actuales no ayudan a que las putadas se queden en una sola… 

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Cuando experimentamos una pérdida, el cerebro, ¿nos boicotea o nos ayuda?

Pues mira, las dos cosas a la vez. ¿Por qué? Porque el cerebro al principio nos deja en pausa o incluso a veces nos resetea del todo. Nos dice “esto no ha pasado”, se pone en ‘modo negación’ porque en ese momento no estamos preparados para asumirlo. Nos sitúa en una especie de limbo, de modo que nos sorprende que la vida continúe, pese a lo que nos ha pasado. El cerebro hace esto para ayudarnos a ir asumiendo poco a poco eso que nos ha pasado…

¿Nos lo ponen más difícil las frases tipo “toda crisis es una oportunidad” o “deshazte de todo lo que te recuerde a la persona perdida” para superar los duelos?

El problema de estas frases es que todo es muy relativo. Cuando las critico hay personas que me dicen “estás fomentando el victimismo y que nadie salga del duelo”, pero no es así. Está guay motivar a la persona para que se mueva y vaya superando su pérdida poco a poco, pero lo que sucede es que no nacemos aprendidos y además por desgracia, nadie nos ha enseñado acompañamiento emocional. Así que realmente estas frases no nos ayudan porque nos hacen sentir culpables.

¿Hay espacio para el dolor en nuestra cultura actual?

No lo hay. Tenemos que seguir siendo personas activas, productivas… Lo que se espera de nosotros es que estemos bien lo antes posible. Esto le llega a nuestro cerebro y tira para adelante, pero como un zombie. Deberíamos de poder cogernos bajas. Bajas por duelo.

Lorena Gascón y su libro 'Cómo sobrevivir a las putadas de la vida'

En el libro pones en tela de juicio el modelo de duelo en cinco fases de la doctora Elisabeth Kübler-Ross, que es el que todos tenemos en la cabeza (negación, ira, negociación, depresión y aceptación)…

Ella misma dijo sobre su método que no era matemático y que no todo el mundo tenía que pasar por las mismas etapas ni en el mismo orden. Pero es verdad que se ha hecho muy popular porque a los seres humanos nos encantan las cosas en varios pasos, porque nos parecen muy facilitas. Pero superar el duelo no es algo lineal, es sano ir para adelante y para atrás. Nadie tiene que pensar que lo está haciendo mal por saltarse fases o repetirlas. 

También explicas que la táctica de ignorar nuestras emociones tampoco funciona…

Volvemos a lo mismo: se nos dice que sentir emociones, sobre todo tristeza, es propio de personas débiles. Esto dificulta muchísimo muchísimo el duelo y hace que superar una pérdida nos lleve cuatro años en lugar de un año y medio.

De repente en el libro hablas del ego y le quitas esa connotación negativa que a veces le damos. ¿Por qué es importante el ego?

Solemos escuchar que tener mucho ego no está bien y nos quedamos ahí, pero resulta que el ego también nos dice hacia dónde vamos, cuál es el camino que queremos seguir, qué es importante para nosotros… Por eso digo que el ego va a defender nuestra reputación como una abuela orgullosa: nos ayuda a construir nuestra identidad.  

Estamos hablando mucho en el plano individual pero, ¿cómo de importantes son las personas que nos rodean en que podamos superar nuestras pérdidas?

Hace años se promovía la autosuficiencia, que lo importante es ser feliz solo y que para eso no necesitas a nadie. Pero esta tendencia ha cambiado y ahora somos muchos los psicólogos que estamos promoviendo que se busque una red de apoyo, porque el ser humano procesa muchas veces mejor las cosas a través del apego.Y esto es importante, porque cada vez tendemos a aislarnos más. 

El libro tiene una parte práctica que son una serie de tareas que propones para superar pérdidas, ¿cuál dirías que es la que mejor funciona?

Es una pregunta muy interesante, porque a una persona le puede venir muy bien una, a otra otra… Pero creo que la carta de despedida funciona muy bien. Eso sí, la persona tiene que elegir el momento idóneo para escribirla, que es cuando pueda empezar a encajar la pérdida y que es algo que no se puede forzar. También importa la forma: no es lo mismo empezar una carta diciendo “Echo mucho de menos a mi padre” que hacerlo diciendo “Querido papá…” y relatarle cómo nos encontramos y lo que nos gustaría seguir compartiendo con él. Esta segunda fórmula hace que la persona saque todo lo que tiene dentro de una manera más fácil.