No es depre, es 'astenia otoñal': síntomas para entender lo que te está pasando

  • Entre los síntomas de la 'astenia' están el sueño, la irritabilidad y los problemas de concentración

  • Para combatirla, descansa, haz ejercicio físico y come bien

Tranquilo, pasará. Suena a locura que un cambio de estación (el 1 de septiembre arrancó el otoño meteorológico) afecte a tu estado de ánimo, pero es lo más normal del mundo y, sí, es temporal. Las horas de luz son cada vez menos y el calor nos va a dejar poco a poco. Esto altera nuestros biorritmos e influye en la generación de hormonas. Ahí nace todo: la felicidad, la tristeza, la fatiga inexplicable y la irritabilidad. Te contamos en qué consiste eso de la 'astenia otoñal'.

Así 'habla' tu cuerpo con la llegada del otoño

Todavía gozamos de días largos pero esto va llegando a su fin. El periodo de transición entre los días interminables y las crecientes horas de oscuridad da lugar a un aumento de la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño y, a su vez, una reducción de serotonina, la que determina tu estado de ánimo. A menos serotonina genere tu cuerpo, más triste te sentirás.

Con la llegada de la primavera hablamos de 'astenia primaveral', que no es otra cosa que la adaptación de nuestro organismo a la nueva estación que trae más horas de luz y temperaturas más altas. Con el otoño ocurre lo mismo pero por los motivos opuestos. Los síntomas son similares: cansancio, hipersomnia (ganas de dormir más), problemas para concentrarse e incluso trastornos de alimentación.

Puede afectar a todas las edades y dura lo que dura el periodo de transición. Adaptarse a la rutina diaria de caos y horarios no es fácil y tu cuerpo se revela, pero no hay nada que temer: la transición no dura mucho.

Cómo combatir la 'astenia otoñal'

Para combatir la inminente 'astenia' puedes hacer varias cosas. Procura dormir lo suficiente. Acostarte a las tantas teniendo que madrugar al día siguiente siempre es mala idea, pero en esta época, más. Procura, cueste lo que cueste, hacer algo de ejercicio físico. Te mantendrá activo. Y lo más complicado (para algunos): come bien. Hay alimentos que por su aporte energético ayudan con estos cambios, pueden ser las frutas y las verduras. Date algún capricho pero recuerda incorporar aguacate, piña, huevos, cereales, frutos secos… Harán más llevadera la vuelta a las obligaciones y mitigarán tu sensación de fatiga. ¡Ánimo!