Pase a la fase 2: las autonomías se debaten entre el miedo a nuevos brotes y la angustia económica

  • Valencia se decanta por la prudencia y pide permanecer en la fase 1

Los gobiernos autonómicos ya han trasladado al ministerio de Sanidad sus propuestas para pasar a la fase 2 de la desescalada por la pandemia de coronavirus. El miedo a nuevos brotes de contagio o la angustia por salir de la crisis económica está marcando esta decisión.

En Valencia, el Ejecutivo de Ximo Puig ha rechazado pasar ya a la fase 2 aunque "los datos son buenos", según ha anunciado la consellera de Sanidad, Ana Barceló. La responsable valenciana ha indicado que aunque el territorio valenciano "epidemiológicamente va bien", "el índice de reproducción ha repuntado algo".

La comunidad de Madrid ha vuelto a solicitar formalmente al Gobierno central acceder a la fase 1 aunque ha informado de que ya trabaja en la solicitud de fase 2 en una reunión prevista con Sanidad para este jueves

Extremadura sí ha solicitado el paso a la fase 2 de las provincias de Cáceres y Badajoz porque, según el vicepresidente segundo de la Junta y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, los "datos epidemiológicos" de la región así lo indican.

El Departamento de Salud del Gobierno de Navarra ha planteado al Gobierno central el pase de la comunidad foral a la fase 2 con limitaciones y excepciones relacionadas con la realidad regional y local en ámbitos como el educativo, el de ocio y deporte, o el contexto de municipios con poca población.

El vicepresidente del Gobierno del Principado y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, ha anunciado este martes que el Ejecutivo autonómico ha solicitado que Asturias pase a la fase 2 de la desescalada.

En Murcia, el jefe del Ejecutivo regional, Fernando López Miras,ha pedido a Sanidad que todos los municipios pasen a la fase 2 de la desescalada el próximo lunes, a excepción de Totana, que continuaría, según la propuesta del presidente, durante una semana más en la fase 1.

Esta localidad registró la pasada semana un rebrote de COVID-19 después de que cinco trabajadores del campo diesen positivo en las pruebas de detección realizadas por los servicios sanitarios.

Andalucía también ha reclamado que todas sus provincias, incluidas Málaga y Granada pasen a la fase 2 de la desescalada.

El informe de las autoridades sanitarias de Melilla recomienda la entrada de la ciudad autónoma en la fase 2, pero con la particularidad de que no se adopten medidas de vuelta a la "nueva normalidad" en el ámbito educativo, en el transporte aéreo ni en los pasos fronterizos con Marruecos.

Cantabria también ha pedido pasar a la fase 2 el próximo lunes, 25 de mayo al tiempo que ha reclamado que se adelanten algunas actuaciones previstas en la fase 3 y que el proceso se realice conforme al número de habitantes y que se flexibilicen más las limitaciones en núcleos de menos de 5.000.

En Galicia, su conselleiro de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, ha solicitado a Sanidad el acceso de toda la región a la fase 2 al tiempo que reclama que se permita la movilidad en todo el territorio gallego.

Cataluña, a través del departamento de Salud de la Generalitat ha propuesto al Gobierno que la ciudad condal y su área metropolitana pasen a la fase 1 de la desescalada a partir del próximo lunes, 25 de mayo.

Asimismo, ha propuesto que las regiones sanitarias de Girona, Cataluña Central y Lleida continúen en fase 1, mientras que las del Camp de Tarragona, Terres de l'Ebre y Alt Pirineu avancen a la fase 2.

El Gobierno de Canarias ha solicitado formalmente que las islas de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Palma pasen el lunes 25 de mayo a fase 2 de desconfinamiento, situación que acaban de estrenar La Gomera, El Hierro y La Graciosa, según ha informado Sanidad.

El presidente aragonés, Javier Lambán ha pedido también el pase a la fase 2 a partir del próximo lunes. Desde el gobierno regional se espera que Zaragoza no sea un obstáculo en ente objetivo aunque no descartan que la capital pueda evolucionar a distinta velocidad que el resto de la comunidad.