Los utilizamos para casi todas las dolencias pero no deberíamos tomarlos tan a la ligera ya que puede ser contraproducente. También hay que tener cuidado con las dosis de ibuprofeno y paracetamol, así que vayamos por partes para conocer qué debemos tomar en cada ocasión.
¿Para qué es bueno el paracetamol?
Básicamente el paracetamol se debe tomar para reducir la fiebre y aliviar el dolor, también es perfecto para dolores de cabeza, contusiones, dolores de muelas, quemaduras de sol y fiebre.
Su eficacia se debe a que trabaja directamente con los nervios y los receptores en el cerebro para aliviar el dolor. Es seguro para los niños y adultos si se toma correctamente, y los efectos secundarios mínimos: se necesitan al menos siete veces la dosis normal de paracetamol para que dañe a un paciente.
Además, lo podemos combinar con otros antibióticos y medicamentos si lo vemos necesario para atacar un resfriado.
¿Qué defectos tiene el paracetamol?
Mientras que el ibuprofeno funciona en 30 minutos, el paracetamol no tiene efecto hasta que hayan transcurrido 45 a 60 minutos después de la primera dosis.
No tiene las mismas propiedades antiinflamatorias que el ibuprofeno, por lo que es menos eficaz para reducir el dolor asociado a la inflamación y a la lesión corporal. Aunque no ataca al estómago, su consumo excesivo puede ser perjudicial para el hígado por lo que no debe usarse en personas con problemas hepáticos.
Y recuerda que el dolor y la fiebre sólo se reducen durante cuatro horas en lugar de seis.
¿Para qué es bueno el ibuprofeno?
El ibuprofeno es un antiinflamatorio sin esteroides que también trabaja para reducir la fiebre alta, disminuir el dolor y sobre todo la inflamación. Sus efectos pueden durar hasta seis horas y es capaz de reducir la inflamación en el punto de la lesión, por lo que es más eficaz para aliviar el dolor de músculos y lesiones corporales donde la inflamación es un factor.
¿Qué defectos tiene el ibuprofeno?
El principal efecto secundario que seguro que has notado alguna vez es el malestar estomacal. Contiene productos químicos ácidos que pueden agravar las úlceras estomacales y quemaduras en la mucosa del estómago. Así que es recomendable no tomarlo más de dos semanas consecutivas.
Lo ideal es conveniente tomarlo junto con comida y, si el uso es reiterado, con protectores de estómago. La hemorragia interna como consecuencia no es común, pero es un factor de riesgo. También puede reducir la capacidad del cuerpo para formar coágulos de sangre, por lo que este medicamento será menos eficaz para los pacientes con heridas grandes o una hemorragia considerable. El paracetamol en cambio no está asociado con dichos riesgos.
Por lo tanto el uso de ibuprofeno se desaconseja en pacientes con úlcera gástrica, insuficiencia renal o hepática grave, pero también deberían tener precauciones quienes estén tomando antihipertensivos.
¿En cuántas dosis?
En cuanto a las dosis más indicadas, y siempre recordando que los pacientes con problemas crónicos deberían consultar con su médico antes de tomar cualquier medicación, lo más indicado son los 400 mg en el caso del ibuprofeno y entre 500 y 650 si nos referimos al paracetamol.
Y recuerda, en caso de fiebre alta, es mejor alternar ambos medicamentos cada cuatro o seis horas para controlar la temperatura elevada sin un incremento del riesgo de los efectos secundarios.