Guía práctica para cambiar de colchón: verdades y mentiras

  • Comprar un colchón es invertir en salud: pasamos un tercio de la vida en la cama

  • Hay que tener en cuenta el precio, peso, estatura, postura y cuánto te mueves

Si estás pensando en cambiar de colchón, el otoño es un momento excelente. Te acuestas más temprano, se tiene más sueño y necesitas mayor descanso que en plenas vacaciones de verano. Si te estás planteando invertir en un colchón nuevo esta guía práctica resolverá todas tus dudas.

La elección de un colchón es una decisión importante por varias razones. Por un lado, unos más y otros menos, pasamos aproximadamente un tercio de la vida en la cama, por otro, un descanso de calidad implica no sólo levantarse con energía, sino evitar o reducir dolores cervicales, lumbares y de espalda, además, se trata de una inversión que va a durar entre ocho y diez años.

Pero en la elección de un colchón intervienen muchos factores: el precio, el peso y estatura, si duermen una o dos personas, la postura, cuánto te mueves e incluso si eres una persona friolera o calurosa. ¿Cuánto hay de verdad y mentira en lo que te han contado sobre los colchones?

Los colchones de muelle no son buenos y están antiguos

FALSO. Los colchones de muelle han evolucionado y puede ser igual de cómodo que los de látex o viscoelástica. Se trata de colchones compuestos por una red de muelles revestidos de varias capas de tejido que pueden ser algodón, látex o viscoelástica. El precio varía en función del número de muelles, así como de la calidad y capas de tejido, pero podemos hablar de un margen que va de 300 a 500 euros.

Son perfectos para personas calurosas, ya que permiten la circulación del aire. Su firmeza los hace adecuados para personas de peso y que duermen boca arriba. Aíslan del movimiento, por lo que si duermes con otra persona no notarás si se mueve o no.

Los colchones de látex son los más higiénicos

VERDADERO. Este tipo de colchones puede estar fabricado con látex natural, que se obtiene de la savia del árbol del caucho, o con látex sintético, aunque en la mayoría de los casos el material es una mezcla de ambos. Este material impide la acumulación de humedad y el anidamiento de ácaros, por esa razón es perfecto para personas alérgicas y asmáticas. No obstante, no transpiran bien y tienden a acumular calor.

Su principal característica es la capacidad de recuperación y esto lo hace adecuado para personas que se mueven mucho durante el sueño. Tampoco transmiten el movimiento si duermes con otra persona. Son colchones de firmeza media y su precio está por encima del de los colchones de muelle, aunque por debajo de los de viscoelástica.

Los colchones de viscoelástica dan calor

FALSO. La viscoelástica es un material atérmico, es decir, no da frío ni calor, pero sí es termoadaptable y eso significa que se vuelve más suave con el calor y más rígido con el frío. Además, en la actualidad, los colchones viscoelásticos van perforados o se tratan para incrementar su transpirabilidad y evitar de este modo la sensación de calor.

Este tipo de colchones tienen una firmeza entre media y baja y se caracterizan por tener gran flexibilidad y adaptabilidad, por eso son perfectos para las personas que duermen de lado. Además, absorben bien el movimiento, por eso son adecuados para dormir en pareja. Son colchones compuestos por una capa de espuma recubierta por otra de viscoelástica y es el grosor de esta última lo que determina su precio y firmeza.

Los colchones blandos son malos para la espalda

FALSO. La dureza del colchón viene determinada por la resistencia que ejerce a la presión del cuerpo, así que lo determinante es el peso de quien va a dormir en él. Un colchón demasiado duro no se adapta al cuerpo y ejerce demasiada presión en hombros y caderas, mientras que uno que resulte demasiado blando impide que la columna vertebral reciba el apoyo correcto.

El límite está en torno a los 80 kilos, por debajo de este peso se puede elegir un colchón menos firme. Por encima, es necesario uno más firme que ofrezca más resistencia. Pero no sólo el peso es importante, también la postura es determinante a la hora de elegir la dureza, mejor firme para quienes duermen boca arriba y más blando si duermes de lado.