“Mi pareja quiere romper conmigo, pero yo no”: cómo afrontar una ruptura cuando no estás de acuerdo

  • Normalmente, en las rupturas siempre hay una parte que no está del todo de acuerdo, pudiendo reaccionar de forma inmadura e incluso tóxica

  • Ángel, un joven de 24 años, está viviendo una ruptura sin saber muy bien cómo actuar: "Intento entender por qué quiere dejar de luchar por lo nuestro, pero no puedo"

Cuando pensamos en una ruptura, nuestra cabeza tiende a elaborar una idílica situación en la que ambas partes están de acuerdo, se dan un abrazo de despedida, se desean lo mejor e incluso siguen siendo amigos. En la vida real esto no suele ser así, estando una de las partes en contra de poner fin a la relación.

Si esto sucede, lo más saludable es entender a la otra persona y no obligarle a permanecer en una relación que ya no le hace feliz. Sin embargo, rara vez actuamos así. Reproches, chantaje emocional, culpabilización y falsas promesas son las conductas protagonistas de muchas rupturas con el objetivo de alargar algo que ya está muerto.

Las rupturas son una forma de duelo

Algunos expertos han explicado esto aludiendo a las cinco fases del duelo propuestas por Elisabeth Kübler-Ross. Al fin y al cabo, que se acabe una relación puede vivirse con el mismo dolor que cuando alguien cercano fallece.

  • Primero negamos la noticia. Nos convencemos de que podemos convencer a nuestra pareja para que siga con nosotros. Incluso distorsionamos la realidad y tergiversamos sus palabras por miedo a aceptar que la ruptura es irreversible.
  • Después nos enfadamos. Da igual que tengamos parte de culpa por la ruptura. Inventamos excusas. “Seguro que se ha enamorado de otra persona”, “nunca me ha querido”, “estoy mejor sin ella porque es una persona de mierda”, etc.
  • Cuando toda la ira desaparece, intentamos negociar. Es el momento de enviar un mensaje de WhatsApp de arrepentimiento. Surgen las promesas de cambio, los remordimientos y el chantaje emocional.
  • Al asumir la realidad de la ruptura, nos entristecemos. Esta etapa puede durar desde semanas hasta meses.
  • Finalmente aceptamos lo sucedido. Empatizamos con nuestra expareja y comenzamos a elaborar planes de futuro.

“Intento entender por qué quiere dejar de luchar por lo nuestro, pero no puedo”

Ángel, un joven de 24 años, está viviendo esta desagradable situación. “Mi novia quiere romper conmigo, pero yo no. Sin ella no tiene sentido nada. Es como perder una parte de mi mismo”, relata. Como vemos, se encuentra en plena fase de negación. "Llevamos juntos tres años. Conocemos a la familia. Tenemos casi todos los amigos en común. Ella es mi vida".

Su situación es muy similar a lo sucedido en el 'reality' La Isla de las Tentaciones el pasado domingo. Las redes sociales no daban crédito a lo sucedido entre Melodie y Cristian, ya que ella decidió poner fin a la relación y él intentó convencerla de que iba a cambiar, que estaba enamorado y que era una mala idea. Para la sorpresa de los espectadores, Cristian confesó que iba a pedirle matrimonio, pero tiró el anillo ante la noticia de la ruptura.

Esta mediática escena hizo que el público se sintiese identificado, ya que todos en mayor o menor medida hemos sido la parte que deja, en este caso Melodie, o la parte que es dejada y no lo asume, tal y como le ha sucedido a Cristian.

Cómo afrontar una ruptura cuando no estás de acuerdo

Imagina que estás junto a tu pareja subiendo unas escaleras. Tú te cansas, así que te quedas parado en un escalón, pero ella avanza un poco más. Seguís agarrados de la mano, pero cada vez cuesta más. Ella sigue subiendo, pero tú aprietas su mano con fuerza para permanecer juntos. Le hace daño y en el fondo a ti también te duele el brazo y los dedos de las manos por intentar aferrarte a ella.

Esta metáfora tan simple es una manera de entender la importancia de soltar. En otras palabras, de dejar libre a una persona que ya no quiere estar contigo. Pero, ¿Cómo lograrlo?

  • Evita paternalismos. Una cosa es explicar lo que tú sientes (algo que sin duda debes hacer), y otra asumir que tienes la razón absoluta. Comentarios como “te vas a arrepentir” o “sé que en realidad me quieres” están fuera de lugar.
  • A veces no hay un detonante. Si tu expareja ha confesado que ya no es feliz pero que no se había dado cuenta hasta ahora, no busques detonantes o razones ocultas como que ha conocido a otra persona o te ha sido infiel. Es comprensible que quieras entender sus motivos, pero a veces estas decisiones son más repentinas de lo que parecen.
  • Los celos no arreglan nada. Subir fotos de tus nuevas citas, alardear de lo mucho que ligas o darte el lote delante de tu expareja para hacerle sufrir son reacciones inmaduras e injustas para ti, para tu expareja y para la persona nueva a la que estás conociendo.
  • No seas su amigo para intentar recuperarla. Seguro que en tu cabeza has elaborado un plan perfecto en el que seguís siendo amigos y por arte de magia se da cuenta de lo maravilloso que eres y lo mucho que te echa de menos. Siento decirte que esto no va a suceder, y este tipo de conductas pueden ser dañinas para ti y para tu ex.
  • Si los recuerdos te obsesionan, guárdalos bajo llave. Durante una temporada guarda en una caja los regalos y fotos y distánciate de sus redes sociales. Con el tiempo serás capaz de exponerte a estos recuerdos sin que te provoquen tanto daño, pero de momento es mejor trabajar en tu amor propio.