La otra cara de la pandemia: soy psicóloga y el coronavirus también me ha sobrepasado
Los psicólogos que han estado en primera línea durante el coronavirus están experimentando ansiedad, depresión y una sensación de sobrecarga laboral
Nacho Coller explica que sufrió depresión cuando estaba impartiendo un módulo de dicho trastorno a sus alumnos: “En el momento en el que hice público y salí del armario de la depresión, me quité un lastre de encima”
En Yasss hemos recopilamos varios testimonios de psicólogos que se han sentido desbordados durante la pandemia y explicamos el impacto psicológico que ha tenido el coronavirus en su salud mental
Hay situaciones que pueden resultar paradójicas, pero que son fruto del día a día. Por ejemplo, un especialista en neumología fumando en la puerta del hospital, un cardiólogo con el colesterol por las nubes o un psicólogo que sufre problemas mentales. Para muchas personas esta incongruencia implica falta de profesionalidad, pero yo lo resumo en dos palabras: somos humanos.
Mi nombre es Marina Pinilla, soy psicóloga y escribo también en Yasss. Como la mayoría de mis compañeros, he vivido una relación de amor-odio con la profesión. Amor cuando abres un libro y te apasiona aprender y odio cuando descubres que en la sección de “psicología” de una biblioteca hay más libros sobre el tarot que sobre ciencia. Amor cuando tienes a tu primer paciente delante y odio cuando sales de la consulta y el pensamiento “¿Lo habré hecho bien?” te tortura durante días. Amor cuando alguien que está sufriendo pide ayuda profesional y odio cuando millones de personas no saben que hay psicólogos en la Sanidad Pública. Amor cuando das un alta y odio cuando te piden consejos gratis a través de Instagram. En otras palabras: no es fácil dedicarse a esto, pero la vocación manda.
Los psicólogos aprendemos durante años a explicar y predecir la conducta humana. ¿Por qué actuamos como actuamos? ¿Cómo nos influye lo que nos rodea? Descubrimos que el castigo de niños influye en cómo somos de adultos, que la falta de refuerzos puede derivar en depresión y que el sufrimiento no es tan sencillo como un “venga, anímate”. Nos formamos. Practicamos. Escuchamos. Y, aun así, a veces vivimos situaciones que a nosotros mismos nos desbordan, como por ejemplo una pandemia mundial.