En ocasiones somos muy descuidado con la protección de nuestros pies. Y ahora, el Colegio de Podólogos de Galicia ha alertado de que el consumo de lácteos y cafeína en grandes dosis incrementa la posibilidad de sufrir sabañones en la época de frío.
Estos sabañones afectan sobre todo a niños, personas mayores y diabéticos. Por ello han recomendado una serie de consejos para prestar un buen cuidado a los pies durante este invierno. En primer lugar, deberíamos seguir una dieta rica en magnesio, calcio y vitaminas E, K y C.
Otras de las recomendaciones que han dado son utilizar calzado y calcetines aislantes del frío, evitar contrastes fuertes de frío-calor, e hidratar, masajear y mover los pies y las piernas, sobre todo si pasamos mucho tiempo sentados. De la misma manera, beber agua con frecuencia evita la deshidratación y el enfriamiento de los pies, así como la aplicación de cremas con vitamina E y ácidos grasos que conservan el calor.
Pues bien, según indican los podólogos son lesiones que aparecen en pies y manos al estar expuestos al frío y una mala circulación, que se manifiestan como "enrojecimiento e inflamación" en la zona afectada. En los nódulos que se forman, de tono violáceo y fríos al tacto, pueden aparecer también ampollas o costras, e incluso en los casos más graves se pueden sufrir "secuelas atróficas y deformidades".
Según han explicado, estos deberían desaparecer en menos de una semana. Pero hasta el momento no existe un tratamiento eficaz para su cura, sino pomadas antiinflamatorias y antibióticas que evitan la infección de las heridas o corticoides tópicos que calmen el picor. Y se recomienda acudir al podólogo ante las primeras evidencias.
El frío en los pies, según explican, puede generar otras lesiones además de los sabañones, con distinto nivel de gravedad. La congelación, por un lado, se manifiesta como una dermatosis extrema porque se ha cortado el riesgo sanguíneo en la zona afectada. Por su parte, el fenómeno de Reynaud va acompañado de una piel blanquecina con zonas distales rojas y la acrocianosis o la eritrocianosis pueden causar úlceras.