Desaconsejan usar zapatos de plataforma recta por la "inestabilidad" que provocan al tobillo

  • Las chanclas deben limitarse a lugares de baño como playas y piscinas

  • El calzado de verano: el tobillo debe ir sujeto y la suela debe ser de goma antideslizante

El uso de zapatos de plataforma recta está desaconsejado de cara al verano debido a la "inestabilidad" que provocan al tobillo y por la "rigidez" de las suelas. Así, lo considera el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), que recomienda utilizar únicamente chanclas cuando se esté en lugares de baño, como playas, piscinas o duchas públicas (para evitar una infección de hongos en los pies), puesto que este calzado no ofrece las características que requiere un calzado de verano para proteger el pie.

Utilizar las chanclas para otras actividades conlleva riesgos. Incluso al pasear, los pasos son más cortos, se arrastran los pies y se fuerza el tobillo al caminar, lo que favorece la aparición de dolor. Además, al no llevar el pie sujeto, se puede perder con facilidad el equilibrio, por lo que aumenta el riesgo de caídas, así como la posibilidad de sufrir un corte.

A la hora de escoger el calzado de verano hay que tener en cuenta que el tobillo vaya sujeto, que tenga suela de goma antideslizante y que ofrezca ligera flexibilidad en la zona de los dedos para favorecer el despegue del pie. "Actualmente, encontramos variedad de modelos para todo tipos de pies, otras que permiten incorporar tratamientos podológicos como plantillas o cuñas", ha explicado la presidenta del ICOPCV, Maite García.

Junto a esto, los expertos aconsejan las sandalias que tienen la parte del empeine regulable a los diferentes anchos del pie. Además al final del día el pie estará más dilatado y se podrá adaptarlo para evitar presiones innecesarias que pueden dificultar la circulación sanguínea.

Tacones y plataformas

Respecto al uso de sandalias de tacón, los expertos han señalado que deben sujetar muy bien el antepié y el tobillo y su tacón deberá ser lo más recto posible y sólo se deben usar en ocasiones puntuales. En realidad, los tacones no son sanos en ninguna época del año. A largo plazo favorecen los problemas de columna y la artrosis. No obstante, pasar del tacón al pie completamente plano, como se hace frecuentemente en verano, tampoco es bueno, pese a la comodidad que supone en la realización de las habituales actividades veraniegas.

Para paseos largos y viajes se recomienda el uso de un calzado cerrado, con contrafuerte semirígido, que no se doble por la mitad y sólo sea flexible en la zona de los dedos, transpirable, que favorezca agarre al pavimento y que, además, permita eliminar la suela interior por si es necesario incorporar algún tratamiento podológico.

Deportivas

Se debe limitar su uso a la práctica deportiva y mejor con calcetines de algodón. En general, este tipo de calzado facilita la sudoración y el recalentamiento del pie, lo que se transforma en un buen caldo de cultivo para los hongos. Además, si se utilizan de manera continua los pies se resentirán antes o después.

Tejidos naturales

Una condición fundamental del calzado de verano es que sea transpirable. Y en esto, independientemente de si se trata de un calzado abierto o cerrado, los materiales son importantes. Hay que evitar, por ejemplo, las suelas de goma, pues facilitan la sudoración del pie. La suela de cáñamo o esparto es una buena opción. También el cuero o la piel, para evitar los roces y favorecer la absorción del sudor.

El uso de plantillas especiales para la transpiración debe ser un recurso a tener en cuenta. Si se trata de un calzado cerrado, se debe dar preferencia a los que están fabricados con fibras naturales, ya que permiten una buena ventilación del pie.

"Es muy importante tener en cuenta que cada tipo de pie requiere un tipo de calzado. Por lo tanto, si padecemos alguna alteración o necesitamos algún tratamiento, lo más adecuado será consultara nuestro podólogo de confianza cuál es el mejor para nosotros", ha zanjado la presidenta del ICOPCV.