Por qué inventó Kevin Zaborney el día del abrazo y sus alucinantes efectos en nuestra salud

  • Los abrazos que realmente 'curan' deben durar al menos 20 segundos

  • Provocan que se desarrolle la hormona de la felicidad y son más efectivos que las palabras

  • Son buenos para la depresión, el insomnio, la ansiedad y el dolor

Este 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo 2020. Una idea de Kevin Zaborney, un pastor especialista de Michigan cuyo trabajo era tratar a delincuentes juveniles en Boysville en Mount Morris. El fue el hombre que soñó con crear el Día Nacional de los Abrazos. Licenciado en Psicología de la Universidad de Michigan y con un master en teología por la Universidad de Boston fue en 1986, mientras lidiaba con lo que considera un hecho sociológico lamentable, que "la sociedad estadounidense está avergonzada de mostrar sentimientos en público” cuando pensó que tenía que hacer algo para evitarlo. No es la única, aunque en España el contacto entre sus cuidadanos es constante. Eso sí, el abrazo perfecto, debe durar 20 segundos y no tres segundos, de esos que nos damos para cumplir.

El día no fue elegido al azar porque Zaborney lo colocó entre Navidad y el Día de San Valentín. Pensaba que el camino hacia esos días, el ser humano se olvidaba de dar abrazos y de mostrar cariño. Ahora es el fundador y creador de National Hugging Day y tiene su propia página web y un grupo en todo el mundo de embajadores del abrazo. Kevin está casado y reside con su familia en Caro, Michigan, EE. UU. Y está contento porque hasta su padre, reacio a dar abrazos, entró en el juego.

Zaborney explica por qué los abrazos se han convertido en todo un arma en el mundo de hoy en su página web. "Todos hemos notado que la humanidad se está volviendo cada vez más temerosa y aislada. El odio, la intolerancia y la violencia están aumentando. La gente realmente está empezando a creer que no hay lugares seguros para ir, crecer y prosperar como comunidad. Observamos a los demás con temor y nos preguntamos cómo nosotros, nuestras familias y amigos podemos estar seguros".

Los efectos que dar de forma continuada abrazos tienen en nuestra salud

Pero no solo los abrazos pueden ser un elemento conciliador en un mundo cada vez más polarizado, irritado y enfrentado. También tienen efectos para la salud y nuestro cerebro que la ciencia ya ha demostrado. Es cierto que los abrazos nos hacen sentir más felices. Lo sentimos porque nuestros cuerpos liberan oxitocina, una hormona asociada con la "felicidad", según estudios científicos.

Y también se han convertido en un liberador de estrés. El calor de los cuerpos se convierte en una especie de bálsamo. Nos pasa desde que somos bebés, por eso el efecto del contacto con los padres es beneficioso para ellos, especialmente para los prematuros. Según los investigadores de la Universidad de Harvard, los abrazos ayudan a promover los niveles normales de cortisol necesarios para el desarrollo infantil. Ahí es nada. El abrazo tiene efectos beneficiosos también para el insomnio y obviamente para la soledad. Son los abrazos un sedante natural porque liberan serotonina, que aporta un efecto sedante y tranquilizador bastante importante. Y nos hacen trabajar mejor en equipo. De hecho, científicos de la Universidad de California, descubrieron que cuanto más cariñosos son los miembros de un equipo, más probabilidades hay de que ganen.

A más abrazos, menos visitas al médico

No solo eso. A más abrazos menos médicos ya que estimulan la glándula del timo, que a su vez regula la producción de glóbulos blancos que nos mantienen sanos y libres de enfermedades y nos permiten también sobrellevar mejor el dolor que nos pueden provocar distintas enfermedades, según confirmó un estudio de los investigadores de Carnegie Mellon. Los abrazos ayudan también a aliviar el flujo sanguíneo ayudando a disminuir nuestras frecuencias cardíacas. Los abrazos son también beneficiosos ante las depresiones o desgracias. Funcionan muchas veces mejor que hablar. Y proporcionan una reconfortante sensación de afecto. No en vano, un abrazo llega antes al sistema nervioso que las palabras y liberan hormonas de la felicidad. Así que tras leer esto ya estás tardando en dar uno. Y si lo conviertes en rutina, mejor que mejor.