Los expertos advierten: el consumo de alcohol entre menores se basa ahora en el atracón

  • La psicóloga Ana Borja asegura que los menores siempre han bebido alcohol, pero ahora lo que buscan es "conseguir un estado de embriaguez lo más rápido posible"

El consumo de alcohol entre menores no es algo nuevo. El cambio es su modo de ingerirlo. El último ejemplo lo tenemos reciente. El sábado 14 de diciembre un niño de 12 años tuvo que ser ingresado en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia por una intoxicación etílica por la que quedó inconsciente. El menor ha salido ya de peligro y evoluciona favorablemente.

Ahora, tal y como señala la psicóloga infantil Ana Borja, es un consumo de atracón. "El alcohol está dejando de ser una droga de socialización. Lo que se busca es conseguir un estado de embriaguez lo más rápido posible". Un tipo de ingesta que propicia que aumente el número de intoxicaciones que pueden derivar en un coma etílico. El gastroenterólogo pediátrico Sergio Negre evidencia esta situación: "Cada vez vemos más estos problemas con mayor cantidad de alcohol y en niños más pequeños·. Teniendo en cuenta que de media se consumen cinco bebidas en un plazo de dos horas y que en un menor ya puede producirse esta intoxicación con el consumo de cuatro mililitros por kilogramo, las cifras hablan por si mismas.

Generar confianza en casa para evitar intoxicaciones

"Hay padres que aseguran que sus hijos jamás han consumido alcohol cuando en realidad si lo hacen, otra cosa es que no lo hayan percibido. Es un problema de comunicación que es muy difícil de salvar. Por eso es muy importante tener una buena relación con los hijos, compartir cosas y no tanto hacer interrogatorios constantes sobre qué hace o influir sobre los amigos que pueda tener", afirma Sergio Negre.

Negre apunta que es fundamental educar desde etapas preescolares en qué consisten los tóxicos y en su consumo. En este sentido, la psicóloga Ana Borja puntualiza que hay que generar un ambiente de confianza en el que aparentemente va a ser aceptado todo aquello que te cuenten.

Un clima en el que se propicie poder reflexionar sobre cómo se han sentido el menor, cuál es el consumo habitual de alcohol en su grupo de amigos e, incluso, compartir con ellos experiencias propias para afianzar esa confianza. "Ponerse en plan policía va a provocar que no cuenten nada y solo busquen esconder este tipo de comportamientos. Mantener la puerta abierta y ser capaz de interactuar con ellos es básico. También tratar de ver qué hay detrás de ese consumo. Si hay un grupo de amigos en el que el factor principal de socialización es el alcohol o si el menor tiene dificultades de interacción social, timidez excesiva, no se siente aceptado o si utiliza el alcohol para reafirmar ese paso entre la niñez a la adolescencia", señala Ana Borja.

Un problema difícil de detectar

El primer síntoma de una intoxicación etílica sería la desinhibición. Luego se pasa a un estado de letargo y cansancio. Más ingesta de alcohol conllevaría vómitos e incluso la pérdida de conciencia. La cuarta fase supondría la pérdida de conocimiento que podría derivar en un coma con grave riesgo vital, tal y como detalla Negre. "Los niños más pequeños pasan muy rápido por estas fases y pueden presentar incluso convulsiones", asegura.

Ante la preocupación sobre el aumento de intoxicaciones etílicas entre menores cada vez más pequeños, la psicóloga infantil Ana Borja apunta que uno de los elementos que también ha de tenerse en cuenta es que el alcohol es una droga que está muy admitida en la sociedad y de la que casi todas las familias participan, lo que genera una noción menos grave de lo que son las consecuencias. Además, los niños tienen un "sentimiento de inmunidad absoluto que, en ocasiones, los lleva a practicar conductas de riesgo porque piensan que a ellos nunca les va a pasar algo negativo", asegura.