Facua insiste en que la Comunidad de Madrid sigue sin corregir las "irregularidades" en sus mascarillas

  • La entidad considera que el nivel de protección frente al coronavirus de estas mascarillas es una lotería

  • Además, creen que el Gobierno regional ha cometido una grave irresponsabilidad

Los resultados definitivos de los análisis realizados por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (Insst) tras la petición realizada por Facua-Consumidores en Acción a los ministerios de Consumo y Sanidad revelan de manifiesto graves irregularidades en las mascarillas distribuidas por la Comunidad de Madrid a la población, según la entidad.

"En una de las cinco muestras analizadas, dos el 15 de mayo y otras tres el 19, el filtrado es tan deficiente que deja pasar casi un 40% de las gotas más pequeñas o aerosoles, frente al máximo del 8% que se establece para que puedan considerarse FFP2", señala Facua este martes en un comunicado.

El Innst es un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Trabajo. Las pruebas se han efectuado en el Centro Nacional de Medios de Protección (CNMP), ubicado en Sevilla. Se trata de uno de los cuatro centros nacionales del Instituto. El informe concluye que ninguna de las mascarillas analizadas cumplen los requisitos para presentarse con la categoría KN95 o FFP2 -equivalente en la Unión Europea-. Uno de los modelos más eficientes para combatir el coronavirus.

Tras el primer análisis, realizado el 15 de mayo sobre dos muestras, el organismo solicitó más unidades para un segundo estudio, que efectuó el día 19. Sólo una de las cinco mascarillas analizadas cumplía los requisitos, al presentar un nivel de filtrado del 4,98%. En las otras cuatro fue del 8,73%, 11,14%, 26,93% y 39,81%. En una mascarilla FFP2, la penetración de material filtrante máxima debe ser del 6%. Los ensayos que se realizan para comprobar si los Equipos de Protección Individual (EPI) cumplen los niveles que exige la norma consisten en hacer pasar a través del tejido un aerosol de cloruro sódico.

El documento indica que "se observa una gran dispersión de resultados que no permite una certificacion de la mascarilla". La Comunidad de Madrid ha pagado 32 millones de euros al fabricante chino Whenzou Haoshou Home Textile por ellas. FACUA considera que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso está cometiendo una grave irresponsabilidad al no retirar, reetiquetar ni emitir ningún comunicado para rectificar su información a la población sobre las características e indicaciones de uso de las mascarillas.

Opacidad de la Comunidad de Madrid

Al comenzar la distribución de las mascarillas, FACUA se dirigió a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid para requerirle información ante las numerosas anomalías en el etiquetado que estaban trascendiendo y el hecho de que estuviese recomendando a la población utilizarlas durante 48 horas, cuando la OMS y organismos de salud pública de la UE y EEUU aconsejan limitar el uso de este tipo de mascarillas a entre 4 y 8 horas. Además, la asociación solicitó a dicha Consejería que aclarase si antes de distribuirse habían sido analizadas en España. No hubo respuesta a ninguna de las preguntas.

FACUA considera de extrema gravedad las prácticas en las que ha incurrido la Comunidad de Madrid, poniendo en riesgo a la población al darles una sensación de falsa seguridad con unas mascarillas publicitadas como FFP2 o KN95 sin cumplir los requisitos y habiendo eludido la realización de análisis previos en España pese a los numerosos casos de productos defectuosos que habían trascendido con anterioridad.

La irresponsabilidad del Gobierno autonómico madrileño ha sido aún mayor, advierte la asociación, al no haber siquiera paralizado cautelarmente la distribución de las mascarillas cuando trascendieron las primeras irregularidades en su etiquetado, al ponerse de manifiesto que los certificados de homologación europea de las mascarillas eran falsos. Antes de comenzar la distribución, la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, publicó en su cuenta de Twitter una imagen donde se observaba que la norma europea que decían cumplir ni siquiera existía. Después de que FACUA denunciase los hechos, la Comunidad indicó a la prensa que se trataba de "un error de impresión en el envoltorio de las primeras muestras".

FACUA considera que la principal conclusión del estudio realizado por el Insst a partir de cinco muestras es que el nivel de protección frente al coronavirus de estas mascarillas es una lotería: todas las unidades analizadas dieron resultados diferentes, con rangos amplísimos entre ellas, lo que impide clasificarlas en ninguna categoría. Y en ningún caso se corresponden con las indicaciones del fabricante. "Son las mejores porque protegen en exceso", llegó a asegurar Díaz Ayuso sin contar con ningún análisis propio. Además, llegó a afirmar que son las recomendadas para las personas que están "en la línea de fuego, como son los sanitarios".