La fiebre del sábado noche nos puede costar muy cara: siguen los rebrotes

  • Pubs y discotecas demuestran que la fiebre del sábado noche puede provocar que se disparen los contagios

Acompañamos a una patrulla policial en Sanxenxo (Pontevedra) en busca de la mascarilla sin poner. Imprescindible para disfrutar del nuevo ocio nocturno que este fin de semana abría sus puertas pero no sus pistas ni su aforo máximo. Al menos en teoría. Y vemos de todo. Con España viendo cómo crecen los brotes provocados en reuniones familiares, bares y locales de ocio, o fiestas privadas. Los pacientes son cada vez más jóvenes. El carpe diem no se va de su mente. Y los casos de coronavirus no acaban de ceder.

En medio de la fiesta encontramos jóvenes responsables y jóvenes muy irresponsables. Como los que bailaban sin distancia de seguridad ni mascarilla de protección en locales de Barcelona y Torrevieja. O como los que eligieron el botellón en Sevilla, en Vélez-Málaga o en Canarias. En Palma hubo hasta 235 sanciones. Un descontrol que puede tener consecuencias nefastas. De hecho, parece que parte de los últimos rebrotes se deben a las numerosas fiestas de San Juan. Pero la noche nos confunde. Lo hace cuando los jóvenes escuchan canciones como la vida es corta, perrea, porque los borrachos, como bien dicen lo que se pasan el día controlando la noche, no sabe de distancia social. Es un mal cóctel el alcohol y la responsabilidad.

Los casos en los que no se guardaba la distancia de seguridad, donde las pistas de baila estaban llenas se han sucedido en el fin de semana, de Barcelona a Galicia. Los bailes sin mascarilla, aforos que excedían los permitido, falta de geles, guardarropas poco acondicionados. Eso en algunos casos, en otros la inconsciencia de los jóvenes.

Por otra parte y viendo los riesgos del negocio, vital para algunas zonas en España, la asociación Ocio de Ibiza ha reiterado este lunes la importancia de flexibilizar medidas como ampliar los horarios de cierre porque "vienen ingleses o alemanes y en su país de origen tienen más horario que en una zona turística como Ibiza".

De esta manera han recordado lo importante que es para el sector que el Govern acceda a flexibilizar el plan de medidas excepcionales decretadas para los locales de ocio. Entre otras peticiones, desde el colectivo han solicitado poder ampliar el horario de cierre hasta las 03.00 horas o que el aforo permitido sea de hasta 400 personas, siempre que se elimine la pista de baile. La pregunta es ¿alguien piensa que se van a respetar las normas? Porque casos ya está habiendo sin necesidad de decenas de personas borrachas.

Cierto es que los empresarios están contra la espada y la pared y que las noticias de centros que se saltan las normas o de gente que no se las toma en serio les hace un falco favor. Y otro elemento juega en contra de ellos. Las fiestas ilegales que este año pueden alcanzar su punto más alto.

Los empresarios están más que molestos porque la gente está "demostrando una falta de responsabilidad total y que les da igual todo". "Toda la población está haciendo muchos esfuerzos para que luego vengan tres a ganarse el dinero, salir corriendo -que es lo que han hecho siempre- y luego los irresponsables que van a las fiestas. Hay que ponerle freno ya", ha concluido.

Las medidas aprobadas por el Govern para el ocio nocturno en la nueva normalidad contemplan que puedan abrir los locales con un aforo máximo inferior a las 300 personas. Pueden mantener abierta la barra hasta las 22.00 horas y tienen como hora límite de apertura las 02.00 horas -salvo que su licencia ya indicase una hora más temprana-.

Esta limitación afecta a locales de ocio y restauración como bares, cafetería, restaurantes, bares de copas, discotecas, cafés-concierto, clubes de playa, salas de fiesta, de baile o similar. n discotecas, salas de fiestas y clubes de playa no se permite el baile, pero las pistas se pueden utilizar para colocar mesas donde los clientes deben permanecer sentados. Se prohíbe la apertura de los locales de ocio nocturno en las zonas de la Playa de Palma, Magaluf y el West End de Sant Antoni (Ibiza) -que fueron reguladas en el decreto sobre el turismo de excesos-.