Mito o realidad: investigamos si es verdad que con el frío húmedo da igual lo que te abrigues

eltiempohoy.es 24/11/2018 10:48

El frío varía dependiendo de la zona, del grado de humedad y del estado de los vientos. Por ese motivo, no se produce la misma sensación en el centro de la Península que en la costa, y pese a que en el litoral las temperaturas suelen ser más cálidas, la percepción en muchas ocasiones es que no hay manera de entrar en calor. No es una cuestión de personas determinadas, es unánime a todos porque hay ciertas condiciones climatológicas que hacen que seamos capaces de sobrellevarlo o nos dé un ataque de tiritona incontrolable.

Temperatura y velocidad del viento

No es un topicazo, es una sensación térmica real. La temperatura percibida Este último aumenta la sensación de frío porque precisamente favorece la evaporación de la humedad de la piel. Asimismo, incrementa el intercambio de calor por convención, de tal manera que hace que al aire libre se alcance la temperatura ambiental.

Los extremos afectan al organismo

El cuerpo humano tiene internamente una temperatura que varía entre 36,5º y 37º. El equilibrio térmico consiste en mantener la temperatura dentro de esos rangos: si aumenta o disminuye puede provocar lesiones graves, de tal modo que entre 40 y 45 se producen complicaciones de circulación y por debajo de los 35, la hipotermia, que en casos moderados y graves pueden tener consecuencias nefastas para nuestro organismo.

Alimentación, clave

No todas las personas son iguales en cuanto a la sensación de calor o frío; suelen ser menos frioleros los gruesos que los delgados, las mujeres que los varones y los jóvenes que los viejos, con sus excepciones. En este sentido, no solo son importantes el grado de humedad y el viento, también que la persona esté bien alimentada. Por ese motivo, se suele aumentar la ingesta en invierno, además de alimentos copiosos como los guisos y los pucheros, no solo por la sensación reconfortante de comer caliente, también porque nos aportan los nutrientes necesarios para poder afrontar las bajas temperaturas.

Confort climático

Según el catedrático Felipe Fernández García, del departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid, “"a temperatura del aire es el factor que influye más directamente sobre nuestro bienestar, pero también la humedad, que regula la evaporación y que en límites extremos puede ser negativo". Según sus estudios, por debajo del 20% de humedad aumenta la sequedad de las mucosas, "con temperaturas bajas el aire muy seco aumenta la sensación de disconfort. Sin embargo, también influye el movimiento del aire, que aumenta la disipación de la energía, y la radiación”, señala el experto.